Se acercan las fechas de recibir las boletas escolares, y para muchas familias eso es un momento de tensión y angustia, tanto para los pequeños y jóvenes como para los adultos. Pero no hay que desesperar, y si las notas no son las esperadas, es importante identificar la causa.

[También te puede interesar: Singapur elimina los exámenes porque aprender "no es una competición"]

En el hemisferio sur, las clases están terminando, en el norte, están empezando, sin embargo, en ambos para estas fechas se reciben calificaciones escolares. Si las notas son malas es mejor evitar el drama, el enfado y optar por la empatía.

La presión para todos es la misma, mostrar las notas en casa no siempre es una buena noticia.

Según comentó a EFE Pedro Adrados, psicólogo clínico del Hospital Vithas Nuestra Señora de América: “puede afectar a su motivación, autoestima, sensación de control sobre su aprendizaje y evolución y actitud ante el estudio”.

Lo más importante es prestar atención, porque es frecuente que antes de recibir las calificaciones existan indicios que deben servir para poner a los padres en alerta.

La actitud del niño puede cambiar, es posible que los niños den señales de que tienen problemas.

Es necesario que los chicos no se sientan solos en el proceso.

Saber escuchar

Una regla básica para saber por qué los chicos tienen malas notas es saber escuchar. Andrados asegura que no siempre es fácil, “pero cuando nos mostramos empáticos con nuestros hijos en realidad les estamos diciendo que les entendemos y respetamos sus necesidades”.

Una actitud calmada por parte de los padres ayuda a reforzar su autoestima y motivación y la confianza en su entorno

De acuerdo a Adrados, actualmente, hay mayor competitividad y presión por parte de toda la sociedad en relación a los resultados académicos de los chicos. Esto no ayuda a que la presión baje.

Y que también acepta que a los padres les pueda “resultar difícil contener sus primeras reacciones de frustración o contrariedad” cuando su hijo trae malas notas.

Mantener la calma

Adrados recomienda mantener la calma y aplazar la respuesta para que esta sea serena y lo más objetiva posible. Por ejemplo: “Necesito tiempo para pensar lo que quiero decirte. Hablaremos de esto mañana”.

Cuando los resultados son positivos, el especialista recomienda evitar comentarios del tipo “¡Sabía que si te esforzabas más mejorarías!”.

De acuerdo al experto; “En general los padres debemos aprender a manejar la frustración, la contrariedad o la decepción que nos puedan suscitar este tipo de situaciones y no pasarlas a la acción a través de castigos poco ponderados y actuaciones exageradas”.

Una buena comunicación permitirá que los chicos identifiquen mejor sus fallas y puedan sacar mejores calificaciones.

Fuentes:

EFE