El complejo de Jonás caracteriza lo que conocemos como miedo al éxito, una de las formas en que las personas evitan desarrollar todo su potencial y alcanzar grandes logros en sus vidas.

Es importante diferenciar el miedo del pánico, que se compone básicamente de la ansiedad y que hace querer huir de un lugar o de una situación. También hay que distinguirlo de la fobia, que es el temor desmedido a cosas que en realidad no son peligrosas ni atentan contra la vida, como sucede por ejemplo con la fobia a los lugares abiertos, llamada agorafobia.

El tema del miedo es muy importante en las organizaciones porque muchas veces lo padecen todo tipo de personas, incluso los ejecutivos de más alto rango. Pueden temer que un proyecto fracase, que los objetivos no se logren, perder su nivel de vida, no ser queridos ni aceptados, e incluso determinadas situaciones que les causan altos niveles de estrés.

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Un ejecutivo atemorizado por su propia sombra

Desde la infancia

Las personas actuamos en base a patrones de conductas adquiridos desde muy tempranamente en nuestra infancia que suelen perdurar para toda la vida y que, en algunas ocasiones, imposibilitan desarrollar todo nuestro potencial.

Por eso siempre es recomendable realizar algún tipo de psicoterapia profesional para descubrir si existe algo de eso en nuestra personalidad y evitar que eventualmente afecte a nuestro trabajo. Cabe recordar que el coaching no es apto ni habilitante para tratar psicopatologías como el miedo que, en sí, es una emoción que puede transformarse en una fobia inhabilitante. En cambio, el coaching sí puede ayudarte a definir tus metas de éxito y conseguirlas paso a paso.

Dos ideas para superar el miedo al éxito

Para reflexionar y ayudar, aquí van dos ideas acerca de cómo superar esta limitación tan frecuente:

1. Para perder el miedo al éxito hay que perder el temor al rechazo

Una vez me encontré con una persona que había alcanzado un puesto gerencial muy rápidamente y pasó de percibir una suma de dinero menor a una mucho más significativa en cuestión de meses. Este hecho lo hacía sentirse mal. Al preguntarle por qué se sentía así, refirió que era porque no quería perder a los amigos que había hecho trabajando en un escalón de empleado inferior. El creía que sus amigos iban a empezar a rechazarlo y dejarían de invitarlo a sus reuniones de fines de semana por tener un rango distinto. Tenía un fuerte miedo al abandono.

Se trataba de una creencia errada, porque sus amigos no dejaron de invitarlo jamás. Su forma de percibir el éxito como una fantasía de rechazo era lo que le provocaba una angustia insoportable. En este caso, trabajamos en conjunto coach y psicóloga y en poco tiempo logró superarlo.

Hay personas que no creen que pueden lograr grandes cosas en tan poco tiempo o que incluso no se lo merecen. Tan es así que no lo hablan ni con su familia ni con sus amigos. Entonces posponen grandes proyectos constantemente, sienten culpa cuando consiguen un reconocimiento salarial o un nuevo puesto dentro de la misma empresa. Todos estos son indicadores de un gran miedo al éxito que, en ocasiones, se encubre como falta de productividad, irresponsabilidad o timidez.

Cómo mejorar tus días en el trabajo

Algunas herramientas prácticas:

A) Hablar y expresar las emociones con precisión.

B) Crear espacios en una red de contención.

C) Acompañar el proceso sabiendo que el miedo, en sí, se agiganta cuando lo alimentas de fantasías desmedidas.

D) Practicar técnicas de afrontamiento paulatinamente, ya que será complejo resolverlo de un día para otro.

E) Fortalecer la autoestima y valoración personal, para reforzar estos “anabolizadores” internos del merecimiento y del disfrute de los logros.

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2. Redefinir el éxito y cambiar el patrón con creencias nuevas

Una vez que asumes que tienes miedo, sucederá algo valioso: se te revelará con claridad, la posibilidad de redefinir tu propio concepto de éxito. Date el permiso para poder hacerlo.

Redefinir un concepto tan importante como el de éxito es tomar el timón de hacia dónde quieres ir con tu vida, carrera y con tus futuros proyectos. A partir de esta redefinición del éxito vas a poder prepararte mental y anímicamente para lograr mejores resultados, más rápido, más grandes y seguros.

Ciertamente, si no te animas a destruir viejas formas de concebir el éxito que -por el momento- pueden ser limitantes, entonces es sumamente difícil que obtengas resultados diferentes. De lo que se trata es de poder pensarte a ti mismo como un diamante que constantemente se pule a sí mismo mejorando las creencias que van orientándote en el día a día.

Dentro de las organizaciones muchas veces las personas ni siquiera se ponen a pensar sobre su idea de éxito personal, mucho menos de éxito cooperativo dentro de los equipos de trabajo. O quizás lo hacen viendo únicamente el rango salarial y de beneficios que reciben: esa es su traducción de lo que, para ellos, es el éxito. Como se observa, se deja de lado la puesta en valor de lo emocional.

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Fuente: Shutterstock

Estas herramientas pueden ser de ayuda:

A) Trabajar específicamente en las cadenas de creencias limitantes y convertirlas en superadoras.

B) Revisar los comportamientos adquiridos que, de tanto repetirlos, están incorporados en forma inconsciente y no te ayudan a superar el miedo al éxito.

C) Convertir tu idea de éxito en algo posible, factible y medible, de acuerdo con tu propio parámetro de lo que sea “éxito” para ti.

D) Evitar influenciarse con los paradigmas sociales del éxito (como el dinero, estatus, aparentar, etcétera) ya que solo te traerán mayores miedos y frustraciones en esa lucha descarnada por querer representar algo que -tal vez- no eres en esencia.

Los beneficios de redefinir el éxito

Cuando te des el permiso de redefinir la idea de qué es el éxito, descubrirás que los beneficios van a ser inmensos, tanto personal como organizacionalmente.

En primer lugar, vas a obtener mayor seguridad en todo lo que hagas, mayor visión y mejor autoestima. Esto mejorará el clima y se lo transmitirás entre todos los que te rodeen.

En segundo lugar, vas a empezar a establecer nuevas y mejores creencias que se van a proyectar en mejores equipos, mejores relaciones, formas de buscar y obtener información, de entender el aprendizaje y la experiencia y de comunicarte con los otros. En definitiva, creces y avanzas.

¿Por qué sucede eso? Por que las personas irradiamos los cambios mentales en palabras, en decisiones y en acciones. Tal vez las personas no salgamos con un letrero lumínico en nuestra cabeza que dice “Estoy redefiniendo mi concepto del éxito”, aunque es inevitable que proyectemos esas nuevas creencias en nuevas formas de pensar, de hablar y de crear.

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Lo que Jonás nos enseña y cómo aplicarlo

A todo esto, ¿de dónde viene lo del complejo de Jonás? De la Biblia. El asunto es que allí se relata que Jonás tenía miedo al destino que Dios había creado para él; entonces, tratando de evitarlo, encontró un destino mucho más oscuro dentro de una ballena.

A veces la ballena son nuestras creencias personales y los paradigmas que no nos dejan crecer, y producen miedo al cambio, a transformarnos, a avanzar. También miedo al miedo, porque es un escudo protector -incómodo, aunque escudo al fin-.

Como se trata de miedos y de personas, influyen decisivamente en el éxito de las empresas y de los equipos. Personas con miedo viven sin tomar riesgos, sin avanzar y sin darse la oportunidad de probar alternativas. Definitivamente, el miedo al éxito detiene el crecimiento en la persona y las empresas; de allí que es imprescindible abordarlo y transformarlo en algo productivo para seguir adelante, con menos cargas emocionales que anclan el desarrollo.

Fuente:

Daniel Colombo