¿Alguna vez escuchaste hablar sobre la inteligencia multifocal? Se trata de una teoría creada por el psiquiatra Augusto Cury que postula el efecto que tienen nuestra manera de construir los pensamientos en nuestro estado emocional. Según este enfoque, es posible gestionar la mente de manera tal que el pensar deje de ser problemático y se vuelva constructivo y positivo.

Detrás de esto, que podría parecer a simple vista un poco complejo, se halla la premisa de que los pensamientos se construyen. Esto es: lo que llamamos "nuestra manera de pensar" es algo que se ha ido creando con el tiempo. No todos vemos el mundo de la misma forma, y en eso influye cómo hemos sido criados, las experiencias que hemos vivido, los dolores que sufrimos y otros condicionantes.

La manera que tenemos de pensar, de procesar la información que recibimos a través de nuestros sentidos, incide en cómo nos posicionamos en el mundo, y esto se expresa en cómo actuamos y cómo sentimos. Actuar, sentir y pensar son, para cada uno de nosotros, algo muy distinto, aunque tengan puntos en común.

Una mujer mira por la ventana pensativa

A veces solemos vernos confundidos con pensamientos que nos abruman o se tornan muy recurrentes. Pero según estas teorías, la buena noticia es que así como se construyeron, ¡pueden re-construirse de una manera distinta!

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La inteligencia multifocal es el resultado de la relación entre distintos procesos que realiza nuestro cerebro. La forma que toman esas relaciones generan, según entiende esta teoría, la inteligencia. Esos procesos pueden dirigirse de forma consciente.

En verdad, no hay nada sobrenatural en esto. Veámoslo mejor: si los pensamientos se vinculan con otros, como si fuera una cadena, podríamos intervenir sobre alguno de esos "eslabones" para cambiar de dirección.

Esto quiere decir que si practicamos la inteligencia multifocal de manera adecuada podemos tener actitudes y comportamientos más constructivos y positivos.

¿Cómo? Mediante la crítica: cuestionando los pensamientos que nos perturban, quitándoles su peso. Nos referimos a esos pensamientos que surgen casi automáticamente en algunas ocasiones, que nos boicotean, que nos dejan estancados sin animarnos a decidir.

Esto, ¡se entrena! Con tiempo y práctica podemos impedir el pensamiento negativo.

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Mujer pensativa mira por la ventana

Entrena la inteligencia multifocal

- Tómate unos minutos varios momentos al día para concentrarte solo en tu respiración. Relaja la mente y céntrate en percibir cómo el aire entra suave y de la misma manera se va.

- Enfoca tu atención en lo positivo. De la misma manera en que cuando miras, no ves todo sino que haces foco en algunas cosas, haz lo mismo con las cosas que te suceden.

- Haz actividades creativas como leer, escribir, tocar música, plantar, o cualquier otra cosa que te guste, te divierta y estimule tu lado artístico.

- Descansa. Dormir bien es fundamental para que la mente esté relajada.

- Intenta centrarte en lo que estás haciendo, no importa si es tan solo por un momento pero detente aunque sea unos instantes para tomar conciencia de tu momento presente. Eso ayuda a calmar la ansiedad por el futuro y la angustia por lo que ya fue.

- Cuando te asalten pensamientos perturbadores, obsérvalos de manera crítica, desármalos, cuestiónalos. No los tomes como verdades absolutas.

¿Te animas a intentarlo?

Fuentes:

La mente es maravillosa