Excepto por el agua potable, la mayoría de las bebidas tienen un sabor amargo o dulce. ¿Por qué elegimos unas sobre otras? Una investigación reciente sugiere que nuestros genes tienen mucho que decir sobre esto.

La percepción del gusto y las preferencias son hereditarias y determinantes de la elección y el consumo de bebidas. Estudios previos ya habían comprobado que el consumo de varias bebidas de sabor amargo y dulce se relacionaba con el desarrollo de enfermedades crónicas importantes.

Ahora, un equipo de investigadores estadounidenses realizó un estudio de asociación de genoma completo del consumo de bebidas dulces y amargas entre aproximadamente 370.000 participantes de ascendencia europea.

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Hombres bebiendo cerveza

Entre las bebidas amargas analizadas se encontraron el café, té, jugo de toronja, vino tinto, licor y cerveza. Del lado de las dulces, se estudiaron bebidas endulzadas artificialmente y con azúcar y otros jugos que no eran de toronja.

La investigación titulada “Un estudio de asociación genómica del consumo de bebidas amargas y dulces” estuvo liderado por la Dra. Rebecca D. Danning y fue publicado en la revista especializada Human Molecular Genetics.

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Sirviendo un vaso de cerveza

Resultados

Según los expertos, este estudio sugiere que las variantes genéticas relacionadas con el consumo de alcohol, el consumo de café y la obesidad fueron determinantes genéticos primarios del consumo de bebidas amargas y dulces.

Queda por determinar si las variantes genéticas relacionadas con la percepción del gusto están asociadas con el consumo de bebidas.

Fuente:

Human Molecular Genetics