No es verdad que sólo pocas personas están tocadas por una varita mágica y son creativas. Todos tenemos un artista interior. El problema es que con el paso de los años, lo fuimos llenando de prejuicios (propios y externos), nos fuimos desconectando con nuestra parte más lúdica y creativa, hasta el punto tal de olvidarnos que existe.

"El camino del Artista", de Julia Cameron, es un best seller internacional, una guía imprescindible y totalmente inspiradora que nos invita a descubrir y a ir al rescate de nuestra propia creatividad. El libro consiste en curso de doce semanas, en las cuales a través de una serie de ejercicios y de herramientas vas a poder conectar nuevamente con tu creatividad.

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Una persona escribe en un cuaderno en un parque

Cameron parte de la base de que es necesario rehabilitarnos creativamente. La creatividad es una experiencia que forma parte del orden natural de la vida. Entonces, si nos negamos a ser creativos, estamos yendo en contra de nuestra propia esencia. En este sentido, las herramientas del libro funcionan como salvavidas, según explica la autora.

En primer lugar, es importante identificar cuáles son los juicios que hacemos sobre nosotros mismos y que nos impiden acceder a nuestra creatividad. Quizás te sientas identificado con alguna de estas frases: “soy muy viejo para esto”; “la creatividad no me hará ganar dinero”; “hay otra gente que lo hace mejor”; “la gente se burlará de lo que quiero crear”. Esa voz que escuchamos, es en realidad lo que Julia llama "el censor", que tiene que ver con nuestro lado más perfeccionista y exigente. Hay que tener algo en claro: el censor siempre estará, por lo que hay que aprender es a manejarlo.

Antes de continuar con las dos herramientas claves que Julia recomienda en su libro, es vital aclarar que no están solamente destinadas a escritores. Funcionan con cualquier persona que tenga el deseo de volver a conectarse con su lado artístico. Además, como dice Cameron nunca es demasiado tarde para trabajar en tu propia creatividad, ni es algo ególatra, egoísta o ridículo.

escribir

Herramienta 1: LaS PÁGINAS MATUTINAS

¿En qué consisten? Son tres páginas que hay que escribir a mano durante todos los días que dure el curso, aunque es aconsejable seguir con este hábito tiempo después. Es una forma de conectar con nuestro flujo de conciencia, una especie de asociación libre pero dedicada al papel. Nos ayudan a conocer mejor lo que pensamos y sentimos.

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No pueden hacerse mal: estas páginas no pretenden ser arte ni tienen un sentido literario. Son para que nos familiaricemos de nuevo con el acto de escribir en el papel. La idea principal es que todo lo que nos pase por la cabeza, podamos transcribirlo allí.Cameron menciona que todos los enojos, quejas, tristezas que escribimos en el papel, son cosas que en definitiva, nos bloquean el paso a nuestro yo creativo.

Son innegociables: no hay que saltearlas. No importa tu estado de ánimo ni cuán apurado estés. Es importante ser constante en este paso.

Haz lo que sea para llenarlas: tres páginas sobre cualquier idea que se te pase por la cabeza. No importa si no se te ocurre nada, tampoco importa si lo único que tienes para decir es “no sé qué escribir”. La idea es darle paso a la imaginación, es ir destrabando ciertos cerrojos que hemos impuesto a nuestro cerebro. Te darás cuenta que aunque no sepas que escribir, siempre, en el fondo, hay algún tema dando vuelta.

No vuelvas a esas páginas: no hay que releerlas, solo escribirlas. Tampoco hay que mostrárselas a nadie, ni a ningún amigo o pareja. Estas páginas son tuyas y nada más que tuyas.

Dibujar ayuda a recordar

Herramienta 2: La cita con el artista

Es una parte de tu tiempo (por ejemplo, dos horas semanales) que están reservadas a conectarse y a alimentar tu yo creativo. A esta cita irás tu mismo y tu artista interior, que es en definitiva tu niño creativo.

No es necesario tener dinero para realizarla: la cita no implica grandes gastos, puedes ver una serie o una película, leer un libro, escribir lo que sientas, ir a pasear al parque, visitar lugares nuevos de tu ciudad. No es importante el dinero que le dedicas a tu artista interior, sino el tiempo con el que lo haces.

Es probable que quieras evitar la cita con tu artista: pueden aparecerte un montón de excusas para no hacerlo. Es más fácil evitar este tipo de ejercicios que enfrentarnos a nosotros mismos. Pero tienes que tener en cuenta que las excusas que pongas son en realidad una resistencia. Miedo a la propia intimidad.

Puedes preguntarte, ¿cuánto hace que no realizas alguna actividad sólo por placer? ¿Cuándo fue la última vez que hiciste algo simplemente porque te gustaba? Es un gran momento para volver a hacerlo.

¡Toma estas dos herramientas como un regalo para ti! Regálate tiempo y vuelve a encontrarte contigo mismo.