Yakarta, la capital de Indonesia, es la cuarta ciudad más poblada del mundo, con alrededor de 10 millones de habitantes. Cubre un área de 650 kilómetros cuadrados y es el centro político, cultural, administrativo e industrial del país. Hoy en día, enfrenta gravísimos problemas estructurales que han llevado a las autoridades a declarar que mudarán la urbe hacia una nueva localización.

Si bien la medida ha sorprendido a muchos alrededor del mundo, no parece tan raro para los habitantes de la ciudad. Yakarta sufre problemas muy serios desde hace décadas: infraestructura precaria, un grave déficit habitacional y contaminación en aumento. Pero eso no es lo peor: la ciudad se está hundiendo cada vez más rápido, y no parece haber muchas opciones para sacarla a flote.

Esto se debe a que la ciudad fue construida originalmente sobre una ciénaga cercana a la confluencia de 13 ríos. Con el crecimiento de la urbe y la construcción acelerada de rascacielos, se ejerció aún más presión sobre el sustrato, lo cual agravó el hundimiento.

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Edificios de Yakarta

Otro factor que ha contribuido al problema es el bombeo de agua subterránea. Solo el 40% de la población está conectada a la red pública de cañerías, así que la mayor parte de los habitantes recurre a las aguas subterráneas. Esto también ha debilitado el sustrato considerablemente.

Se estima que entre 1925 y 2015, el norte de Yakarta, la región más cercana a la costa, se hundió 4 metros, y hoy en día existen regiones que son prácticamente inhabitables como resultado de las inundaciones. Para 2050, algunos analistas estiman que un tercio de la urbe estará bajo el agua.

En vista de estas realidades, el presidente Joko Wododo declaró la reubicación del centro político y administrativo hacia una nueva ciudad que será construida desde cero.

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Las autoridades locales han barajado decenas de propuestas de reubicación. Si bien han señalado que desean que la nueva ciudad sea “verde e inteligente”, algunos analistas dudan que realmente sea así.

El plan es construir la nueva ciudad en la región sudeste de Kalimantan, la parte indonesia de la isla de Borneo, que el país comparte con Malasia y Brunéi. Con un presupuesto de 33.000 millones de dólares, se planea iniciar la construcción a finales de este año.

Si bien el propósito de este plan titánico es resolver los problemas de superpoblación y congestión, de los altos precios de la tierra y la degradación ambiental, muchos critican que la región de Kalimantan ya ha sufrido durante décadas las consecuencias de los intentos del gobierno por urbanizarla, lo cual ha resultado en una amplia deforestación y en el desplazamiento de poblaciones indígenas.

Fuente:

Infobae