Todos sabemos bien que el primer amor, ese que debemos cuidar en todo momento y de forma incondicional, es el que tenemos por nosotros mismos. Sin embargo, no siempre nos resulta tan sencillo aplicarlo. A veces ni advertimos que estamos faltando a ese principio. Muchas veces, el descuido no es algo consciente o voluntario, sino que se debe a que nos acostumbramos a estar mal, aunque eso no nos guste.

El amor propio es algo que se practica, como cualquier otro hábito. Quizás al principio nos cuestae un poco, hasta que lo incorporemos como algo natural y todo fluya.

[También te puede interesar: 7 cosas que deberías esperar de una relación si tienes amor propio]

En este sentido es posible que en algún momento notes que te maltratas, y no solo con situaciones muy complicadas. Puede haber detalles, cosas puntuales, momentos en los que reconoces que algo no te hace bien. No es preciso llegar a situaciones muy extremas para modificar, de a poco, nuestros hábitos de amor y aceptación hacia nosotros mismos.

En esta nota te contamos algunas formas en que podrías estar maltratándote, aún sin advertirlo, y te damos algunos consejos para que puedas cambiar el foco y sentirte mejor.

Cómo es el verdadero amor propio

[También te puede interesar: Cómo demostrar que te amas, incluso en los peores momentos]

7 formas de maltrato que suelen pasar inadvertidas

  • 1. Llevar una mala alimentación

Una de las formas más fáciles de salir de nuestro eje es con nuestra alimentación. Consumimos cualquier cosa, comemos de más o de menos, o no nos damos el tiempo para hacer las comidas tranquilos. Si lo mantenemos como hábito, eso nos hace daño, nos quita energía, nos da pesadez, nos enferma.

Por eso, una buena manera de volver al eje es empezar por lo físico, por lo más tangible. En eso, la comida puede ayudarnos, porque ver un plato lleno de nutrientes y color es una forma concreta de decirnos a nosotros mismos que nos importamos, que queremos darnos lo mejor, lo que nos nutra y nos haga bien. Cuerpo y alma se sienten mimados con una alimentación sana.

  • 2. Dudar de lo que sientes

¿Cuántas veces juzgamos lo que sentimos porque es "mucho", o "poco", o porque "no deberíamos"? Esto, con el tiempo, puede convertirse en un bloqueo, generarnos inseguridad, volvernos personas que constantemente se desacreditan frente a otros. A veces, incluso puede victimizarnos, dejándole al otro todo el poder de decisión.

Practicar el amor propio en este sentido es hacer el trabajo de callar la vocecita interna que a veces nos juzga. Lo que sentimos es válido, porque no hay "bien" o "mal" en el querer. El corazón no entiende el amor en este sentido. Cada cual siente a su manera, como puede, como aprendió, como le sale. Eso no quiere decir que no puedas cambiarlo si así lo quieres, pero siempre debe ser una decisión tomada desde el amor y no desde el reproche.

  • 3. Quedarte en relaciones que te hacen mal

Podemos acostumbrarnos a cosas que nos hacen mucho daño, incluso en las relaciones que establecemos sin que nadie nos obligue a ellas. ¿Por qué? Muchas veces por miedo, por inseguridad, por falta de confianza en que sí puede ser diferente, en que sí podemos construir relaciones más sanas y amorosas.

Cuando algo te moleste en una relación, escúchate, registra qué es lo que sientes. Ningún vínculo será ni 100% seguro ni 100% positivo, pero nunca debería hacerte daño. Hazle caso al radar que tiene tu corazón: la intuición.

  • 4. No mostrarte como eres solo para agradarle a otros

¿Cuántas veces intentamos amoldarnos a los demás para ganar su aceptación, para cumplir lo que nosotros creemos que son sus expectativas? ¡Qué gran error! El camino más sincero es aquel en que podemos ser, hacer y sentir de forma genuina y real; no en el que tenemos que intentar cumplir un rol que no se ajusta a nuestra verdadera esencia.

Si estás con alguien que quiere cambiarte, seguro esa persona no sea buena para ti, aunque te mostrará una vez más que debes ganar más confianza, pues quien en verdad te quiera, lo hará incluso con eso que tanto te cuesta de ti mismo.

  • 5. Criticarte de forma poco amorosa

Si todo el tiempo te criticas o te juzgas, no te haces ningún favor. Esa no es la manera de buscar ser mejor, de evolucionar, pues si lo haces de una forma poco amorosa, solo estarás haciéndote daño y presionándote.

Busca mejorar, sí, pero desde la comprensión, la paciencia y el amor. Todos tenemos límites, y estar todo el tiempo resaltándolos puede llevarte a siempre ver el medio vaso vacío. ¿La respuesta? ¡Más amor!

Una mujer se abraza a sí misma y sonríe
  • 6. Sabotear tus logros con miedos o culpas

Siempre queremos estar un poco mejor. Pero cuando finalmente logramos algo que nos da felicidad, ¿nos damos permiso para sentirlo o al instante ya tenemos miedo de que se termine o culpa de que nos vaya bien? ¡Pues eso es sabotaje! Es, nuevamente, pensar que mereces menos de lo que tienes. Para que eso no te pase, practica la gratitud. ¡Estar bien es una bendición!

  • 7. Tratar a lo demás mejor que a ti mismo

Si sientes que siempre das de más, que tú siempre estás disponible para los demás y ellos no para ti, entonces vuelve sobre tus pasos y pregúntate si harías contigo lo mismo que haces por otros. ¿Te escuchas, te acompañas, te abrazas, estás para ti cuando estás mal? Háblate como lo haría tu mejor amigo, acéptate como lo haría alguien que te conoce desde siempre. Trátate como lo haría la persona más bondadosa del mundo. Solo así los demás harán lo mismo contigo.

¿Te reconoces en alguna de estas actitudes? ¡Sé más amable contigo mismo!