¿Te imaginas en un mundo sin textiles o prendas? Seguramente no, dado que todos estamos permanentemente en contacto con ellas. La ropa nos brinda protección, pero también nos representa como individuos, por lo que impacta profundamente en la forma en la que nos percibimos a nosotros mismos y en la que nos perciben los demás.

Al mismo tiempo, la industria de la moda es fundamental en la economía global, dando empleo a cientos de millones de personas en todo el mundo. Sin embargo, la forma en la que se producen nuestras prendas hoy está lejos de ser sostenible y presenta un enorme desafío en el presente y hacia el futuro.

La Moda hoy: el Modelo “tomar-hacer-descartar”

El sistema funciona de una manera casi completamente lineal: se extraen enormes cantidades de recursos no renovables para producir prendas que generalmente se usan por poco tiempo y se descartan inmediatamente después, de acuerdo con la tendencia del fast fashion.

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En un informe titulado A new textiles economy; redesigning fashion’s future (Una nueva economía textil; rediseñando el futuro de la moda), de la Fundación Ellen MacArthur, se revelan algunos datos estremecedores: "se pierden más de 500 mil millones de dólares cada año debido a la subutilización de la indumentaria y la falta de reciclaje". Además, "las emisiones totales de gases de efecto invernadero de la producción textil son de 1,2 mil millones de toneladas anuales. Más que todos los vuelos internacionales y envíos marítimos juntos".

Los datos hablan por sí mismos y nos demuestran cómo este modelo basado en tomar-hacer-descartar tiene impactos ambientales y sociales que no nos podemos permitir ni como consumidores ni como partícipes de la industria.

Una vez que conocemos esta situación, vale preguntarnos: ¿está todo perdido o existe alguna alternativa?

Hacia una Moda más sana: el Modelo Circular

En contraposición al modelo lineal predominante, encontramos un nuevo paradigma que tiene mucho para aportar: en una economía circular, la ropa, los textiles y las fibras nunca terminan como desperdicios.

Esta perspectiva basada en los valores de la sustentabilidad promueve el uso de recursos renovables, usa la energía de una manera más eficiente y preserva la naturaleza. Y los productos y materiales en sí mismos se conciben y diseñan con el objetivo de ser aprovechados al máximo, reutilizados y portadores de ciclos de vida mucho más largos.

El modelo circular, entonces, tiene en cuenta las necesidades del negocio, pero también los costos ambientales y sociales de la producción. Es en este contexto que ideas como reciclaje y upcycling ganan protagonismo.

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Muchas marcas, e incluso algunos gobiernos, están comenzando a adoptar prácticas basadas en este modelo alternativo. Y las iniciativas no son pocas, ya que entienden que se necesitan soluciones innovadoras para resolver los problemas ambientales que conlleva el crecimiento de la industria.

Sea desde nuestro lugar de consumidores, productores o marcas, todos somos parte del problema, pero también de la solución. La transición hacia un modelo de moda circular no es una mera tendencia, es el principal desafío de la moda hoy.