Con apenas 18 años de edad, Essena ONeill era la sensación del modelaje en Instagram, y ganaba miles de dólares por cada foto. Pero esto cambió tras no soportar más su vida detrás de las redes sociales.

Con más de 712.000 seguidores en su momento, Essena abandonó la red social porque asegura que esa "no es la vida real".

Desde entonces la australiana borró todas las fotos de su cuenta de Instagram y dio de baja sus cuentas de Tumblr y SnapChat; dejando sólo YouTube e Instagram, a las cuales cambió de nombre por el de “Las redes no son la vida real”.

[También te puede interesar: Consejos para que Instagram no te haga perder en tu propio ego]

Es de esta forma que busca denunciar la falsedad de cada foto que se publica en todas las redes sociales por los bloguers más famosos.

He creado una mentalidad de celebridad o un concepto de celebridad de mí misma en Internet, y deseo que esto termine ahora mismo

La modelo aceptó que en muchas de las fotografías era patrocinada y que se le pagaba por hacer publicidad de varios productos en su cuenta. Y aseguró que aunque no cree que esté mal que te paguen por promover productos, lo malo es que se venda una imagen de perfección, cuando ella cree que está lejos de ser perfecta.

"Sin darme cuentas, he pasado la mayor parte de mi adolescencia siendo adicta a las redes sociales, a la aprobación social, al estatus social y a mi apariencia física. Las redes sociales, especialmente del modo en que las he usado yo, no son reales. Es un sistema basado en la aprobación social, los likes, la validación con visitas, el éxito con los seguidores. Está perfectamente orquestado, un juicio ensimismado".

[También te puede interesar: La carta reveladora que todos deberían leer para crear consciencia sobre el cuerpo]

"Me pagaron por esta foto. Si ves a “las chicas de Instagram”deseando que tu vida fuera así… Date cuenta que solo ves lo que ellas quieren. Si te etiquetan en una foto, el 99% de las veces es que les han pagado. No hay nada malo en apoyar marcas que te gustan (por ejemplo, yo promocionaría orgullosa Eco o alimentos veganos a cambio de dinero, ya que su negocio tiene una razón de ser para mi). Pero esto no tiene sentido. No hay razón para forzar una sonrisa, ponerse ropa diminuta para mostrar un cuerpo que no es real y que te paguen por parecer bonita. Somos una generación a la que se nos ha dicho que consumamos y consumamos, sin pensar de dónde viene y a dónde va todo".

¡Ahora mira este video, donde explica cómo es su vida detrás de las redes:

Fuentes:
The Guardian
El País