La lucha de la mujer por la igualdad de derechos hoy está más fuerte que nunca (al menos en occidente). Y quizá una de las batallas más importantes que ha ganado el movimiento feminista en estos años ha sido involucrar a los más jóvenes.

Las y los adolescentes cada vez son más conscientes de que el feminismo se trata de algo tan sencillo como que haya una verdadera igualdad entre hombres y mujeres.

Valentina es una niña de 12 años que ha comprendido muchas de estas cosas y que, junto con una amiga del colegio, escribieron una carta que se hizo viral en Internet. En realidad, se trata de un listado de preguntas aún hoy sin respuesta.

La nena explicó en la revista TKM que mientras hablaban sobre la cuestión del aborto en clase, una profesora abrió el debate, y eso la llevó a hacerse preguntas.

Se me vino a la mente toda la historia del feminismo. Empecé a recordar esas cosas y las escribí, mi amiga se sumó y me ayudó. Antes las mujeres no tenían trabajo, cuidaban a los chicos, cocinaban, lavaban la ropa. Pero todavía hay cosas de hace miles de años que siguen siendo solo para hombres y no para mujeres

El escrito decía:

¿Por qué nosotras sufrimos más que los hombres?

¿Por qué nosotras somos más violadas que ellos?

¿Por qué nos tocan sin que queramos?

¿Por qué ellos pueden estar sin remera y nosotras no?

¿Por qué nuestra ropa nos “define”?

¿Por qué somos el color rosa?

¿Por qué debemos estar “flacas”?

¿Por qué nos tenemos que depilar y ellos no?

¿Por qué debemos ser “perfectas”?

Orgullosa, su mamá lo compartió en Twitter y se hizo viral.

Obviamente, no todos piensan igual. Tal como Valentina cuenta: “Una vez me peleé con un compañero porque me empezó a decir que estaba bien que las mujeres se sigan quedando a lavar los platos porque es lo que hacen ellas. Y yo le pregunté: ‘¿Vos crees que un hombre no puede lavar los platos?’. Y la señorita tuvo que intervenir”.

Es que el verdadero cambio es que, cada vez a más temprana edad, los chicos y chicas se animen a discutir estos temas. A problematizarlos en el aula, y estar dispuestos a escucharse entre sí y formar sus propios pensamientos.

Valentina es un verdadero ejemplo de que los jóvenes son los que cambiarán viejos patrones para crear un mundo mejor.

Fuentes:

TKM