Hay quienes prefieren los perros, y hay quienes eligen los gatos. También existe un tercer grupo al que le gustan ambos, con las características propias de cada uno. Sin embargo, al igual que sucede con las personas, las cosas pueden complicarse a la hora de convivir.

Conocer los rasgos que definen la personalidad de unos y otros te permitirá reflexionar acerca de cuál sería el mejor compañero para ti.

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Mascotas

Diferencias entre perros y gatos

1. Solos o acompañados

La primera gran diferencia que tenemos que tener en cuenta es que el gato es un cazador solitario –como el resto de los felinos– y que el perro prefiere vivir en manadas, debido a que desciende del lobo.

Los gatos no tienen problema con pasarse horas solos en casa, mientras que los perros necesitan estar acompañados. De lo contrario, se deprimen o se enferman. Además, los canes harán todo lo que esté a su alcance para agradar al cuidador –que para ellos es el líder de la manada– y los gatos jugarán en solitario cuando les apetezca.

2. más tiempo sin comer

Los perros pueden aguantar más tiempo sin comer que los gatos. Son capaces de utilizar su propia grasa corporal para producir energía de manera más eficiente que los felinos.

3. Uñas afiladas o desgastadas

Los gatos tienen garras retráctiles. Esto les permite mantenerlas afiladas, mientras que los perros están constantemente desgastándolas.

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4. Cuestión de paladar

Los gatos no pueden detectar los sabores dulces, mientras que los perros sí pueden hacerlo. Hay enormes beneficios en ello: los gatos, que no suelen interesarse por esas cosas, no necesariamente se sentirán atraídos ​​por una reserva de chocolate oculta. Aunque los veterinarios dicen que no sucede a menudo, este alimento podría ser tóxico para ellos, si comen suficiente cantidad.

Por el contrario, los perros tienen un historial de alimentación que abarca toda la gama de sabores, lo que es bueno cuando los perros necesitan sustento para sobrevivir.

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5. Saltar o no

El cuerpo del gato está diseñado para escalar y saltar. Esto les permite cazar o escapar de los depredadores trepando por los árboles u otros objetos. Los perros son más terrenales. Ellos no pueden saltar o subir de la misma manera que lo hacen los gatos.

6. Entrenamiento para hacer sus necesidades

Los perros deben ser entrenados para usar un orinal. Requerirá mucho tiempo y esfuerzo lograr que un cachorro aprenda esto. En los gatos no es necesario. Lo único que se requiere es proporcionar una caja con arena. El instinto se ocupará del resto.

7. Cuestión de memoria

Los gatos tienen más memoria que los perros. Pueden recordar las cosas durante un máximo de 16 horas, en comparación con 5 minutos en un perro.

8. Forma de tomar líquido

Los perros usan su lengua para recoger el líquido y consumirlo. Los gatos utilizan un sistema de balance entre la inercia y la gravedad. Usan la punta de su lengua para empujar el líquido hacia arriba y luego saben exactamente cuando cerrar la mandíbula para que ese líquido no caiga por la fuerza de la gravedad.

9. Territorialidad y protección

Una de las primeras cosas que hará un gato cuando llega por primera vez a su nuevo hogar es dejar sus aromas, refregándose contra los objetos, muebles, paredes y hasta personas. En el caso de los perros, a excepción de que haya más de uno en casa, no marcará un territorio como propio.

Los gatos y los perros son completamente diferentes, eso nadie puede negarlo. Sin embargo, son las mejores mascotas que podemos tener en casa. Solo ten en cuenta sus necesidades específicas y a cambio, ellos te darán su mejor compañía.

Fuentes:

Mis Animales

Foyel