Vivimos en una época en donde lo que es verdad y lo que no se vuelve casi imposible de distinguir con claridad. La información que circula a nuestro alrededor es tal que muchas veces damos por ciertas algunas cosas que oímos, solo por el hecho de que se han difundido ampliamente.

Este contexto histórico y cultural en que lo que objetivamente sucede no es tan relevante como la creencia de que sucedió y las emociones que produce se llama "postverdad".

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En el 2016, el Diccionario Oxford eligió a postverdad como la “palabra del año”, y la definió como: “Que se refieren o denotan circunstancias en las que los hechos objetivos tienen menor influencia en la formación de la opinión pública que los llamamientos a la emoción y a la creencia personal”.

De esta manera, la postverdad define que el límite entre la verdad y la mentira se ha vuelto difuso. Por eso, los hechos o informaciones que nos llegan pueden o no haber acontecido, pero aún así ser aceptados porque "podrían haber ocurrido", porque se adaptan a lo que consideramos posible.

En esto además incide que lo que se afirme tenga el carácter de verosimilitud, es decir, que parezca cierto, lo sea o no.

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Es posible ver la postverdad de forma más clara en el manejo de los medios de comunicación y la información que constantemente recibimos.

Hay cuestiones que se afirman como ciertas, que se enuncian de tal modo (o sin dichas por personas de peso) que son reproducidas así, tomadas como reales por nosotros. Aunque luego se llegue a la conclusión de que no fue así (como sucede con algunas noticias), puede que ya se haya instalado como un tema y siga siendo afirmado.

Muchos vinculan, por eso, por ejemplo, la campaña electoral de Donald Trump y el concepto de psotverdad, ya que se le reprochó haber utilizado información falsa y difundirla como verdadera.

Algunos psicólogos como Leon Festinguer explican que cuando la realidad choca con nuestras creencias, intentamos inmediatamente "salvar" la brecha que se genera. or eso, muchas veces, elegimos inconscientemente ajustar la realidad para mantener lo que creemos.

Pero no todo es negativo: hay algunos intelectuales que señalan que la postverdad también implica la posibilidad de generar algo nuevo. Por ejemplo, de instalar la normalidad de ciertas prácticas o de instalar en agenda temas que conciernen a los derechos humanos.

¿Te ha pasado a ti también encontrarte con noticias que no sabes con certeza si son ciertas pero podrían serlo?

Fuentes:

Psicología y Mente