Mientras desayunas, armas una larga lista mental de cosas que te gustaría hacer. Te alistas para salir y vas al trabajo cargado de energía. Al regresar, recuerdas todas esas actividades que te habías propuesto, pero prefieres echarte en el sillón a mirar esa serie que te tiene tan atrapado. Mañana te ocuparás de resolver todo.

Seguro que esto también te ha pasado alguna vez, ¿no es cierto? Debes saber que es un mal que afecta a muchísimas personas y tiene un nombre: procrastinación. Este término se refiere al hábito de postergar actividades y situaciones de las cuales es necesario ocuparse, sustituyéndolas por otras más agradables, pero también más irrelevantes.

Pero, ¿cuál es la verdadera raíz de este problema? Algunos especialistas aseguran que está más relacionado con el manejo de las emociones que con la gestión del tiempo.

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No todo es como parece

Desde que la epidemia comenzó, se hizo un consenso que estableció a la procrastinación como un problema de holgazanería, flojera, una situación que nosotros buscamos y en la que nos quedamos. Pero, ¿esto es realmente así?

Procrastinación: esta es la verdadera raíz del problema

Charlotte Lieberman, de The New York Times, apuesta por algo distinto: es una cuestión de cómo manejamos nuestras emociones.

Según explica, "la naturaleza particular de nuestra aversión (la procastinación) depende de la tarea asignada o de la situación. Podría ser debido a que la tarea misma es inherentemente poco placentera, como tener que limpiar un baño sucio u organizar una aburrida y larga hoja de cálculo para tu jefe".

Sin embargo, para Liberman la procrastinación "también podría resultar de sentimientos más profundos relacionados con la tarea, como dudar de uno mismo, tener baja autoestima, sentir ansiedad o inseguridad. Cuando fijas la mirada en un documento en blanco, tal vez estás pensando: 'No soy lo suficientemente inteligente para escribir esto. Incluso si lo soy, ¿qué opinará la gente de él? Escribir es tan difícil. ¿Qué pasa si lo hago mal?'".

Así pues, es ante estos sentimientos de inseguridad que preferimos hacer a un lado esa tarea que tanto malestar nos genera y cambiarla por otra como mirar una serie, jugar un juego en el teléfono o cualquier otra actividad que no nos lleve a fijarnos en esos aspectos de nuestra personalidad que más nos cuestan.

"Eso solo engloba las asociaciones negativas que tenemos con la tarea, y esos sentimientos todavía estarán ahí cuando volvamos a ella, junto a estrés y ansiedad aumentados, sentimientos de baja autoestima y de culpabilidad", explica Lieberman.

Este es el verdadero motivo por el que procrastinas

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Tim Pychyl, profesor de Psicología de la Univesidad Carleton en Canadá, asegura que la procastinación es un problema de regulación de emociones, no de gestión de tiempo. No es que no podamos poner manos a la obra en una tarea porque no queremos y tenemos ganas de hacer otra cosa, sino que nuestra inseguridad nos bloquea, nos obliga a tomar otros caminos y regresar en el último minuto para que salga como pueda y no tengamos que pensar demasiado en ella.

Seguramente muchas veces lo has hecho, te ha funcionado, y con una sonrisa burlona en la cara has declarado que realmente “trabajas mejor bajo presión”. Tal vez es momento de que reconsideres lo que hay detrás de esa afirmación, pues seguramente tienes la capacidad de hacerlo bien –como lo demostraste– pero tal vez no tienes el autoestima suficiente para planificar y ejecutar correctamente.

Hay vida después de Internet

Redes sociales procrastinar

Las redes sociales nos han atrapado en un ciclo de procrastinación. Dedicamos mucho tiempo a seguir influencers que aparentan tener una vida perfecta y nos comparamos constantemente con nuestros conocidos. Con esto sólo logramos debilitar aún más nuestro autoestima al seguir versiones que bien sabemos, no son reales, pues nosotros tampoco subimos lo desagradable, tedioso y triste de nuestra vida.

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¿Quieres dejar de procrastinar? Ahora sabes que no sólo se trata de administrar mejor tu tiempo, sino también de aceptarte, perdonarte y dejar de compararte con otros. Trabajar en tus sentimientos te abrirá los ojos a un futuro inmediato en el que las cosas por hacer serán tareas y no condenas eternas de las que tenemos que librarnos a como dé lugar.

Y tú, ¿qué haces para dejar de procrastinar?

Fuente:

NYT