Seguramente alguna vez te pasó que a penas conociste a alguien o entraste en un espacio percibiste algo positivo o negativo dentro de ti. Todos tenemos nuestras regiones oscuras a nivel personal, pero hay personas en las que es más evidente, o espacios donde cuestiones como la falta de luz o ventilación hacen que se sienta una atmósfera "densa".

Por eso mismo, cuando estamos mal no recurrimos a cualquier persona. Hay quienes con un abrazo pueden reconfortarnos casi automáticamente; o espacios que, con solo entrar, ya nos sentimos más distendidos.

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Cada uno, en este sentido, es energía, al igual que completamente todo lo que nos rodea. Pero nos hemos acostumbrado a ver como si -incluso las personas- fuéramos "cosas" faltas de movimiento. Y eso, lejos está de lo que es en verdad.

Cuando salimos a la calle, por ejemplo, cuando hablamos con un amigo, o -más aún- cuando tenemos intimidad con nuestra pareja, se producen intercambios de energía.

Aunque esto puede ser muy sutil, hay personas que pueden llegar a percibirlo muy intensamente. Esa sensibilidad puede, a menudo, hacerlos sentir cansados o apabullados; pero, también, puede convertirlos en seres muy especiales. Porque esa intensidad bien direccionada puede transformarse en una energía sanadora.

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Cada uno de nosotros puede desarrollar su propia energía sanadora, incluso personalmente. Pero hay algunas señales que pueden advertirte que estás abriéndote a ella, o bien que ya has desarrollado una capacidad especial para sanar y reparar lo que te rodea con una energía positiva.

Chequea la lista siguiente para conocer las señales y descubrir los indicios de la energía sanadora en ti:

  • Sientes el dolor de otros.
  • Has desarrollado tu empatía: puedes ponerte en el lugar del otro.
  • Notas que otras personas que no conocen se abren fácilmente contigo.
  • Tiendes a tener sueños vívidos a menudo.

  • Sientes la necesidad de ayudar a otros.
  • Eres muy sensitivo y emocional.
  • Eres una persona espiritual, seas o no religioso/a.
  • Has vivido momentos difíciles en tu vida.
  • Puedes percibir la energía de otros, especialmente la densa o negativa.
  • Eres a quien las personas recurren para buscar contención y comprensión.
  • Tienes piedras y cristales energéticos contigo o en tus espacios.
  • A menudo actúas de mediador para resolver problemas de terceros.
  • Cuando concurres a sitios donde hay muchas personas luego sientes que estás exhausto.

Fuentes:

The minds Journal