Aunque nos hemos acostumbrado a pensar en brujas como caricaturas de Halloween, ser "bruja" hace tiempo atrás no era solo una ofensa, era un peligro de muerte. Bajo esa figura, muchas mujeres fueron perseguidas, torturadas, y asesinadas.

"Para asesinar a estas mujeres no era necesario presentar pruebas, solamente con hacer el señalamiento verbal bastaba y no existía opción de defensa. María Mies califica estos hechos como 'el feminicidio institucionalizado más grande de la historia'", explica Beatriz Mora.

Una historia (que no es la oficial) nos cuenta entonces que las "brujas" eran mujeres sabias, empoderadas, que gozaban de su sexualidad, se reunían con otras mujeres, y sabían usar las plantas como herramienta medicinal para ayudar a sus hermanas.

Para el sistema religioso, esas mujeres eran "inmorales" o "herejes", pero que te digan bruja hoy en día, debe ser un halago para ti.

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Eres sensible pero tienes carácter

Como bruja estás en contacto con tu costado emocional, sos empática y sensible. Sabes aconsejar y escuchar a tus hermanas mujeres, pero también puedes defenderte y mostrar tu carácter cuando alguien quiere meterse contigo o con tus amigas.

Valoras lo natural sobre lo químico: eres una hechicera innata

Prefieres lo natural, sabes reconocer el valor de las plantas y la naturaleza para cuidarte y curar tu cuerpo, tu mente y tu espíritu. En tu casa no faltan los inciensos, los cristales energéticos, los aceites y las cremas con ingredientes orgánicos para toda ocasión en que tú o alguna amiga lo necesite.

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Te reúnes con otras mujeres para hacer ceremonias, rituales y compartir experiencias

Participas de círculos de mujeres, realizas sanaciones de úteros, concurres a encuentros femeninos, o simplemente eres de las que siempre están dispuestas a poner su casa como punto de encuentro para hablar sobre nuestro ser mujer, nuestros padecimientos, fortalezas y desafíos. Sabes valorar la experiencia compartida y sales de esos encuentros sintiéndote acompañada y energizada.

No te asusta el patriarcado

Sabes que hay un sistema que aún nos limita y oprime como mujeres, pero eso, al igual que las brujas de antes, no te asusta. Ya no te escondes, no ocultas quien eres ni tu poder femenino. Cada vez estás más segura de que el camino es empoderarse, y que eso nunca es una tarea solitaria, porque siempre hay otras mujeres más en marcha.

Y bien, ¿Eres una bruja? ¡Comparte este artículo con tus amigas!

Fuentes:

The minds journal