Puede haber tantos motivos por las que dos personas eligen casarse como parejas hay en el mundo. Si bien algunos lo hacen por razones prácticas o legales, para otras el sentido del matrimonio es mucho más profundo.

Algunos optan por la boda en la búsqueda de un amor "eterno", por el deseo de envejecer con el otro. También puede ser por querer formar una familia, o crear un proyecto común con alguien con quien se quiere compartir la vida entera. Las alianzas marcan el compromiso con esos deseos, basados idealmente en el amor y la confianza.

Pero a veces las cosas no suceden tal como lo planeábamos. Y entre ese ideal y la realidad hay miles de matices que pueden llevar a una separación de caminos: a un divorcio. Crecimientos dispares, proyectos que se abren hacia otros rumbos, desgaste, rutina, infidelidades y desamor son sólo algunos ejemplos.

[También te puede interesar: Ashton Kutcher reveló cuál fue su método para sanar su corazón roto después de separarse]

Claro que separarse nunca es sencillo, pero divorciarse puede ser aún más complicado. Al haber un acuerdo legal de por medio, requiere de trámites cuya frialdad contrasta con lo emocional que para algunos puede ser decidir separar lo que se unió tiempo atrás. Y si hay hijos en el medio, el proceso puede ser aún más complicado.

Pero, una vez que se atraviesa y las aguas se aquietan, algunas personas viven una especie de "vuelta a la vida", un rejuvenecimiento que las hace brillar con más fuerza e independencia que antes.

¿Eres tú una de ellas? Lee las siguientes señales de que el divorcio te ha cambiado para mejor.

[También te puede interesar: Cómo soltar un amor con más amor, ¡pero hacia ti mismo!]

Más madurez

A veces, los momentos que parecen más difíciles son los mejores maestros que puede darnos la vida. Nos enfrentan con nuestros miedos, angustias, y deseos más profundos. El divorcio puede hacernos preguntar: ¿qué es lo que realmente queremos para nuestra vida? ¿Qué es lo que verdaderamente nos haría feliz? Tomar el valor para ir por ello puede ser un proceso largo y difícil, pero sin duda alguna, el crecimiento valdrá la pena, ¡y se hará notar!

Del amor ideal al real

Puede que al casarte hayas creído muchas cosas o pensado que el amor era esa búsqueda de un "alma gemela", pero tu forma de ver las cosas ahora ha cambiado. En muchos casos, el divorcio puede ser un llamado mental a que no te conformes ni sufras sin sentido. Y, sobre todas las cosas, te puede enseñar que el amor empieza por ti.

Has ganado confianza

Ya no dependes de nadie; te descubres, te conoces, te acompañas... Y ese explorarte, encontrarte por fuera de un vínculo que te ha dado hasta hace tiempo cierta estabilidad o seguridad, te ha hecho trabajar tu confianza, tu valor. Pues ahora no será casual que te veas más pleno y pisando más firme que antes.

Valentía

Es imposible que no atravieses ese proceso sin que te den ganas de hacer algo que hasta ahora venías postergando: un viaje, comenzar una actividad que te gusta, animarte a hacer algo que nunca antes habías hecho... Ya no tienes tanto miedo, porque una de las cosas que más seguridad te daba (¡y más miedo te daba perder!) ya se ha caído. Entonces de pronto has tomado contacto con la idea de que no hay nada para siempre, que la vida es un constante fluir, y que tú estás en esa danza. Por eso, has hecho el esfuerzo de mirar hacia dentro, y desde ahí se nota tu brillo.

¿Conoces a alguien que esté atravesando este proceso? ¡Compártele esta nota!

Fuentes:

The minds journal