Si hay algo que está en proceso de cambio en la actualidad es el género. Los roles que hasta ahora se habían definido para "hombres" y "mujeres" están en deconstrucción, siendo debatidos, redefinidos y ampliados.

No solo el lugar de la mujer está en el centro de la escena de estos cambios; el hombre también ha sido movilizado con el impulso de los movimientos de mujeres y su propia construcción personal está empezando a resquebrajarse.

¿Cómo darte cuenta que estás frente a un hombre que se ha animado a salirse de lo que se esperaría de él? Aquí, algunas señales.

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No tiene vergüenza de expresar lo que siente

Un hombre que se anima a decir o demostrar lo que siente es alguien que está intentando salirse del rol de frío, distante, "fuerte", de aquel que "deja" que de sentimientos se "ocupe" la mujer. Se asume como una persona que siente, sufre, llora, se emociona, y eso no lo avergüenza.

Acompaña. No controla ni deja sola a su pareja

Un hombre que está en deconstrucción ni deja sola a su pareja con las tareas de la casa, el cuidado de los niños y sus propias necesidades porque su única función es trabajar; ni tampoco la controla, cela y toma como su posesión. No está ni más arriba ni más abajo que su pareja; la acompaña; está a la par.

Reflexiona sobre su rol de hombre

Un hombre que está en este proceso se cuestiona sus acciones y pensamientos. No sigue por inercia lo que hacen sus amigos, ni responde a lo que se espera de él en los ámbitos en los cuales se mueve. Sino que se pregunta, reflexiona, incluso con su pareja para quitarse de encima limitaciones que no le hacen bien.

No necesariamente se toma el sexo como algo banal

Muchos hombres son criados bajo la lógica de que tienen siempre que actuar desde el cuerpo, respondiendo "con alto rendimiento" a la hora del sexo. Esto frustra a muchos para quienes el sexo se vive de una manera más emocional. Un hombre deconstruido o en proceso es capaz de replantearse su relación con el sexo de una manera más honesta consigo mismo y menos atenta a lo que se espera de él.

Fuentes:

Portaloaca