Si te encuentras en una etapa de autoexploración y conocimiento, en la que estás tratando de entender cuál es tu aprendizaje en la vida, ¡no estás solo! Quien está en este proceso bien sabe que a menudo es fácil sentirse así, tener altibajos o simplemente irritarse. Pero tranquilo, ¡estás en el camino correcto! Debes seguir adelante y con confianza.

Si estás dudando presta atención a las señales que te detallaremos aquí. Como verás, no siempre son cuestiones que generen comodidad, pero no por eso son un indicio de que estés equivocado.

Cuando te animas a patear el tablero y ser auténtico y genuino contigo y los demás, no siempre es todo color de rosas. Pero bien adentro tuyo escucharás una voz que te dice: no te detengas.

[También te puede interesar: Cómo demostrar que te amas, incluso en los peores momentos]

Te sientes solo

Quien decide ir por el camino de la verdad consigo mismo empieza a poner en duda muchas cosas de las que hace, formas en que siente o actúa, e incluso vínculos que mantiene.

Comienza a callar los "tengo que" y a escuchar qué es lo que realmente sientes, deseas o necesitas. Esto puede llevarte a aislarte un poco, cortar viejas relaciones, y sentirte fuera de lugar.

Todo es parte del proceso, ten paciencia. Estás haciendo una limpieza a nivel energético, por eso es de esperar que necesites estar un poco solo, resguardarte, y también comenzar a vincularte con otras personas que puedan entenderte mejor.

Empiezas a reconocer tus problemas

Hacerse el tonto o culpar a los demás ya es cosa del pasado. Has comenzado a registrar qué cosas te cuestan más, cuáles son tus limitaciones y las estás mirando frente a frente. Eso puede generarte muchas cosas: vergüenza, frustración, ansiedad, culpa, etc. Pero todo es parte de esa limpieza.

¡Eres humano! Permítete tener limitaciones, tómalas como una invitación a reinventarte y no como un castigo. Verte a tí mismo te ayudará además a mejorar tus relaciones, ya que podrás detectar más fácilmente si estás proyectando en el otro tus problemas, por ejemplo.

[También te puede interesar: 7 cosas que deberías esperar de una relación si tienes amor propio]

Estás intenso y profundo

Puede que las personas con las que te vinculas te digan que estás pesado, muy mental, o que te haces demasiado problema por todo. Y tú sientes que muchos de ellos son muy superficiales y que sus encuentros quedan en la nada. Sientes un deseo de ir hacia lo más profundo de las cosas y las conversaciones. Y no tardarás en atraer a quienes también se estén haciendo las mismas preguntas.

Sientes angustia

Estás cambiando. Hay cosas en ti que están muriendo y otras que están naciendo. Es normal que te sientas angustiado, triste o desorientado. Piensa que las bases que te sostuvieron hasta ahora están moviéndose. No le restes importancia al proceso ni pretendas que pase sin generarte ninguna sensación. Dale lugar a la angustia, ya pasará.

Te preguntas todo, incluso quién eres

Puedes sentir que has vuelto a ser un niño y estás en la edad de los "por qué". Dudas de lo que se espera que hagas, seas o digas. Incluso te sientes confundido respecto de quién eres o qué quieres hacer en la vida. Se han mezclado todos tus esquemas y tienes que comenzar a reordenarlos de a poco, viendo bien con cuáles quieres quedarte y cuáles prefieres dejar atrás.

Que no te asusten las preguntas. Ya has optado por una vida más consciente donde solo ellas te mostrarán cuál es el camino correcto. Muéstrate abierto, flexible y con confianza.

¿Conoces a alguien que está atravesando este proceso? Comparte el artículo con esa persona.

Fuente:

The minds journal