Por Tamara Brunswig (@astroilustra)*

El Sol entró en el signo de Escorpio el 23 de octubre, haciendo más palpable esta energía de profunda intensidad emocional. Es como si los dragones despertaran dentro y alrededor nuestro. Así se siente Escorpio. Los conflictos salen a la superficie y las aguas se tiñen de negro. Todo esto para hacer visible aquello que estaba tapado, reprimido, exiliado en las profundidades del inconsciente colectivo o ciego a la vista de ese lugar en nosotros mismos que solo quiere ver la luz.

Escorpio nos habla de la sombra, esa sombra que todos tenemos dentro nuestro y que cuanto más negamos, más nos domina. El rechazo de la sombra es, en realidad, miedo. Miedo a perder el control, a sentirnos vulnerables o a perder el amor de los otros si se enteran de quiénes somos. Entonces, tratamos de alejarnos lo más posible de ella y, en esa negación, nos terminamos alejando de nosotros mismos.

Pero las emociones incómodas y dolorosas, por mas que las reprimamos, no desaparecen. Y así nos vamos convirtiendo en una olla a presión que terminará explotando y lastimando a los otros, o implosionando y lastimándonos a nosotros, llevándonos a enfermanos emocional o físicamente.

Escorpio tiene mala fama porque trae información que nos incomoda. Pero lejos de ser mala, es energía sanadora por excelencia. Solo conectando con lo que sentimos podemos integrarnos y transformar la herida en aprendizaje y crecimiento. Solo atravesando la oscuridad podemos salir a la luz. Solo pasando por Escorpio podemos llegar a Sagitario, signo que lo sigue y que comenzaremos a transitar a partir del 23 de noviembre.

noviembre astroilustra
Fuente: cortesía de @astroilustra

En ese momento, es probable que sintamos que algo se descomprime, que la alegría se hace más presente y la densidad emocional es reemplazada por aires más frescos y livianos.

Mercurio retrógrado en Escorpio, nos habla de un tiempo para entrar en contacto con nuestras emociones más perturbadoras. Miedos, angustias, broncas, tristezas. No es momento de actuar o tomar decisiones, sino de procesar lo que nos está sucediendo y tener paciencia. Las respuestas vendrán como consecuencia de la pausa que nos demos y no por la ansiedad que tengamos.

Estemos más atentos y seamos cuidadosos a la hora de exteriorizar lo que sentimos, ya que la intensidad emocional, sumada a los malos entendidos de Mercurio retrógrado, no son una buena combinación a la hora de querer comunicarnos con los demás.

Aprovechemos estas energías para bucear hacia adentro, conectar con lo que sentimos y prestarle atención a nuestras heridas. Tratémonos con cuidado y amor.

Les dejo un mantra para que cada signo pueda aprovechar y conectar con lo que está disponible para él este mes:

Aries: Camino despacio

Tauro: Habito mi ritmo corporal

Géminis: Menos palabras, más conexión

Cáncer: Todos tenemos sombra, nadie queda afuera

Leo: Reconozco mi sombra y me integro

Virgo: La paz habita mi mente

Libra: en la integración de los opuestos está la sanación

Escorpio: Luz y sombra son parte de mí

Sagitario: La respiración me regula

Capricornio: Me permito hacer una pausa

Acuario: Respiro, siento, respiro

Piscis: Amor es aceptar la sombra

* Tamara Brunswig es Lic. en Psicología, Astróloga (Casa XI), Terapeuta vibracional y Técnica en Análisis Bioenergético. Puedes seguirla en @astroilustra.