Según una investigación publicada en la revista Blood, los científicos han revelado la identidad molecular de un nuevo tipo de sangre. De hecho, este descubrimiento proporciona valiosa información sobre un misterio de 30 años en el que dos mujeres perdieron trágicamente a sus bebés.

Conocer más sobre los atípicos anticuerpos de este tipo de sangre podría ayudar a tratar los problemas que suceden cuando el sistema inmunitario de la madre ataca la sangre del feto.

Sistema Er

El nuevo conjunto de grupos sanguíneos es conocido como ‘sistema Er’ y fue detectado por primera vez hace 30 años. Los investigadores lograron comparar la muestra de sangre de una madre con varias otras para descubrir con precisión qué hacía que su sangre fuera diferente.

“Este trabajo demuestra que incluso después de toda la investigación realizada hasta la fecha, el simple glóbulo rojo aún puede sorprendernos”, explica entusiasmado el biólogo celular de la Universidad de Bristol, Ash Toye.

Aunque estaba clara la existencia de los antígenos de células sanguíneas, no se sabía nada sobre su impacto clínico.

Examinaron tres antígenos de grupos sanguíneos (moléculas en la superficie de los glóbulos rojos que pueden causar un ataque al sistema inmunitario) que no encajaban en ningún sistema de grupos sanguíneos establecido.

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En el proceso, confirmaron un nuevo conjunto de grupos sanguíneos, el sistema Er, el 44 que se describirá. Está ligado a una proteína particular que se encuentra en la superficie de los glóbulos rojos llamada Piezo1. Entonces, las variaciones genéticas que codifican Piezo1, la proteína vinculada al nuevo sistema sanguíneo, perciben las células sanguíneas como ‘extrañas’.

“Descubrir un nuevo sistema de grupos sanguíneos es como descubrir un nuevo planeta. Amplía el panorama de nuestra realidad”, destaca Daniela Hermelin de la Facultad de Medicina de la Universidad de Saint Louis a WIRED, que no participó en el estudio.

Identificar la incompatibilidad sanguínea

El nuevo estudio demuestra los orígenes genéticos de tres de estos antígenos (Era, Erb y Er3), así como el hallazgo de dos nuevos antígenos (Er4 y Er5). Las variaciones de los grupos sanguíneos recientemente identificadas, Er4 y Er5, son extremadamente raras y se han relacionado con enfermedades hemolíticas en fetos y recién nacidos.

“Esta enfermedad se desarrolla cuando el sistema inmunológico de la madre ataca la sangre del feto”, explica Nicole Thornton, una de las autoras del estudio.

Incluso, descubrieron que las personas con varios tipos de sangre Er tienen diferentes variaciones genéticas que codifican esta proteína. Un pequeño porcentaje de personas tiene diferentes aminoácidos o bloques de construcción de proteínas en su proteína Piezo1 como resultado de esas variaciones genéticas. De hecho, los sistemas inmunológicos de sus cuerpos perciben las células sanguíneas con la proteína Piezo1 más frecuente como extrañas.

“Estos hallazgos aumentan nuestra comprensión de los efectos potenciales de la incompatibilidad sanguínea en las mujeres embarazadas y sus hijos por nacer” declara Nicole Thornton”. Y añade, “ahora que los casos de incompatibilidad sanguínea pueden estar relacionados con el grupo sanguíneo Er, mejora la probabilidad de que los médicos puedan identificar y tratar con precisión dicha afección al proporcionarle al bebé una transfusión de sangre mientras aún está en el útero”.

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¿Qué son los sistemas de grupos sanguíneos?

Los dos sistemas primarios de grupos sanguíneos, los sistemas ABO y Rh-, son conocidos por la mayoría de las personas. Hay otros sistemas de grupos sanguíneos adicionales, cada uno con un rango único de riesgo de reacción.

Además, existen diferentes antígenos de grupos sanguíneos dentro de cada sistema de grupos sanguíneos.

Si bien la mayoría de los sistemas de grupos sanguíneos (aparte de ABO) pueden pasar desapercibidos para el público en general, esto no significa que sean irrelevantes.

Las variaciones menores pueden tener consecuencias clínicas para los pacientes dependientes de transfusiones, así como para las mujeres embarazadas.

Fuente: La Cara Buena del Mundo