Las redes sociales están en todos lados. Están tan presentes en nuestras vidas que algunos consideran inconcebible vivir una experiencia y no acompañarla con su correspondiente publicación en Instagram, Twitter, Facebook o alguna otra.

Cada quien tiene derecho a subir lo que desee a sus redes personales, pero no se puede negar que a veces se puede incomodar a otros al hacer valer esa libertad. Esto fue lo que le sucedió a un grupo de habitantes del vecindario Rue Crémieux, en París.

[También podría interesarte: Y tú, ¿sientes celos por lo que tu pareja publica en sus redes? Mira lo que revela este estudio]

La Rue Crémieux tiene un gran atractivo para los turistas y aficionados de las redes. A ambos lados, la calle cuenta con coloridas viviendas. El adoquinado, sumado al estilo de la construcción, parece transportar al visitante a otra época.

Pero los vecinos de esta pequeña calle parisina están cansados de que los turistas los invadan e interrumpan su vida cotidiana en su afán por subir fotos en redes sociales. Es por eso que quieren cerrarle el paso a los instagramers e influencers.

Según han reportado, algunos influencers se acercan a la calle para grabar videos y mientras lo hacen reproducen música a elevados volúmenes. No parece tan grave, ¿no? El problema es que algunos pueden tardar hasta dos horas.

Una cuenta de Instagram ha sido creada para documentar la forma en la que desconocidos irrumpen con la cotidianidad de la calle.

[También podría interesarte: Un experimento demuestra cuánto editan sus selfies algunos adolescentes antes de considerarlas bellas]

En los casos más inofensivos, los turistas simplemente inundan la calle con la sola intención de tomarse una foto en un paraje hermoso y muy característico, pero muestran poco respeto por la tranquilidad de la vecindad. Señalan que el problema ha empeorado considerablemente en los últimos cinco años.

Algunas personas han sugerido cobrar el uso del espacio público, a razón de hasta 135€ por fotografía. Cabe destacar que otros vecinos son más tolerantes y aseguran que en la mayoría de los casos basta con hablar con los visitantes espontáneos para permitir que el flujo normal del ritmo de la calle se restituya.

¿Qué opinas? ¿Crees que la medida es justa o crees que es un poco exagerada? Dinos lo que piensas y comparte con tus amigos.

Fuente:

Traveler

Pijama Surf