El revuelo que causó la detención hace unas semanas de la célebre diseñadora colombiana Nancy Gónzalez por violar la Convención para el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (Cites, por sus siglas en inglés) tras haber introducido en Estados Unidos alrededor de 100 bolsos de cuero de reptil entre febrero de 2016 y abril de 2019 ha puesto de nuevo en la mesa uno de los principales problemas medioambientales de la región: el tráfico ilegal de especies.

“En Latinoamérica existe una gran biodiversidad, alcanzando 40 % de la misma a nivel global”, dice a DW la gerente del Programa de Lucha contra el Tráfico de Fauna Silvestre Región Andes-Amazonía-Orinoquía de la organización Wildlife Conservation Society (WCS), Yovana Murillo.

No obstante, el tráfico ilegal de especies es una de las principales causas de la pérdida de diversidad. “Es la cuarta actividad ilícita más lucrativa del mundo y mueve entre 20.000 y 30.000 de dólares al año”, dice a DW el director regional para América Latina y el Caribe del Fondo Internacional para el Bienestar Animal (IFAW), Joaquín de la Torre.

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Ambos expertos colaboraron en el taller para combatir el tráfico de vida silvestre y aplicación de la ley entre China y América Latina, que organizó recientemente la Oficina Anti-Contrabando de la Administración General de Aduanas de China y en el que participó personal de agencias de control de Colombia, Brasil, Chile, Argentina, Bolivia, Ecuador, Perú, Panamá, Costa Rica y Surinam.

“El objetivo fue establecer mecanismos de enlace e identificar las necesidades de cooperación en materia de tráfico de especies silvestres entre los dos continentes”, puntualiza Murillo. Así, se pudo “compartir información sobre los retos con los que se enfrentan, cómo hacen sus detenciones, cuáles son los procesos, cuán fáciles son y qué autoridades están involucradas”, agrega De la Torre.

El directivo mexicano recalca que “China invierte mucho en combatir el tráfico de especies”. Por ello, critica la estigmatización que se hace del país, al recordar que aunque “China es el puerto de Asia, no todo se queda en China, sino que se distribuye a otros países del continente”.

Países y especies afectadas

Según datos oficiales de las agencias de control, entre 2010 y 2018 “Colombia presentó el mayor número de registros de confiscaciones de comercio ilegal de fauna silvestre, con 48.046 incidentes, seguido de Perú y Ecuador, los cuales registraron un total de 7.202 y 4.193, respectivamente”, detalla Murillo.

“En los países andino-amazónicos como Ecuador, Bolivia, Perú, Colombia y Brasil, los reptiles son el grupo con mayores reportes de comercio ilegal, principalmente las tortugas dulceacuícolas, sin embargo también se han reportado confiscaciones de individuos vivos o partes de especies en categorías de amenazadas como el jaguar, principalmente en Bolivia”, explica. “Los anfibios también son un grupo altamente traficado y se pueden encontrar especies amenazadas como la rana gigante del Titicaca, endémica de Perú y Bolivia, y la rana de punta de flecha en Colombia, la cual se encuentra en peligro crítico de extinción”, lamenta la responsable de WCS.

Según De la Torre, una gran parte de estos animales pasan por Estados Unidos y de ahí van a China. “Normalmente es en barco, no tanto en avión pues el volumen es mucho mayor en los contenedores”, explica, a la vez que detalla que los puntos de salida son Los Ángeles, San Francisco y Nueva York. “Los países de América Latina tienen dos puertos grandes, es de ahí de dónde salen”, señala.

Por este motivo, en el marco del taller se apuntó a “la necesidad de emisión de alertas ante sospechas de embarques ilegales”, recalca Murillo. Así, se pretenden “detener cargamentos previos a que salgan con dirección a China”, agrega. Asimismo, recalcó que las autoridades chinas ya están llevando a cabo este tipo de colaboraciones con otros países, como Sudáfrica.

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Fuente: DW