Teresa Camacho Badani, bióloga boliviana, ha pasado los últimos 17 años explorando los misteriosos bosques nublados de Bolivia. Para ella, estos bosques son como caminar por una "Lista Roja", la lista de especies en peligro de extinción más completa del planeta. Con su linterna en mano, ha seguido de cerca los pasos diminutos de las ranas más amenazadas de Bolivia, algunas de las cuales se creían extintas.

Camacho se ha especializado en las ranas del género Telmatobius, que se encuentran en las regiones andinas de Argentina, Bolivia, Chile, Ecuador y Perú. Estas ranas son consideradas "centinelas del medio ambiente" debido a su piel extremadamente permeable y sensible a los cambios en su entorno. Cuando desaparecen, advierten sobre problemas ambientales que podrían afectarnos a todos en el futuro.

Una de las especies más afectadas es la rana Yuracaré (Telmatobius yuracare), que se encuentra en peligro crítico de extinción según la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. En 2009, el equipo de investigación de Camacho rescató a Romeo, un macho de rana Yuracaré, cuando esta especie estaba al borde de la extinción. Desde entonces, se ha dedicado a criar en cautiverio a Romeo y otras ranas en peligro, como las ranas gigantes del Titicaca (Telmatobius culeus), las ranas de Sucre (Telmatobius simonsi) y las ranas de los valles (Telmatobius hintoni).

El cuidado de estas ranas es una tarea constante y desafiante. Camacho describe su trabajo como "como tener 300 hijos". Durante la pandemia de COVID-19, sintió la responsabilidad aún más intensamente, ya que la supervivencia de estas especies dependía de su equipo en el Centro K'ayra.

Aunque cuidar de estas ranas es un trabajo intensivo, la historia de Romeo y Julieta brindó un rayo de esperanza. En 2018, Camacho lanzó la campaña #Match4Romeo en una aplicación de citas para recaudar fondos y encontrar una pareja para Romeo. El esfuerzo tuvo éxito, y Julieta se convirtió en la compañera de Romeo, lo que atrajo la atención internacional hacia su historia.

A pesar de la fama repentina, Camacho sigue enfocada en la conservación de estas especies vulnerables. Advierte que la situación no ha mejorado para las ranas andinas en Bolivia y enfatiza la importancia de apoyar la investigación y la conservación en el país.

Camacho también trabaja en proyectos de conservación que involucran a las comunidades locales para garantizar un futuro más brillante para estas ranas. Su sueño es que Romeo, Julieta y otras especies puedan regresar a su hábitat natural, donde pertenecen.

Ella concluye diciendo: "La bandera de Romeo es muy importante, pero en mi corazón caben más especies que una sola". Su dedicación y pasión son un recordatorio de la importancia de proteger la biodiversidad de nuestro planeta.

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Fuente: Noticiasambientales.com