Algunos de nuestros mayores problemas medioambientales, demasiado plástico y dióxido de carbono, podrían resolverse en un futuro próximo gracias a los microbios.

Esto ya no es una utopía: investigadores de todo el mundo están trabajando con mucho éxito en microorganismos capaces de descomponer el plástico. Si estas bacterias pudieran explotarse técnicamente a gran escala, se podría entonces resolver nuestro problema con los residuos plásticos.

En la lucha contra el cambio climático, investigadores del Centro de Investigación Subterráneo de Sanford, en Estados Unidos, informan ahora de un avance revolucionario: han descubierto microbios naturales que pueden absorber dióxido de carbono gaseoso y convertirlo en roca sólida con mucha rapidez. Este proceso se llama "mineralización de carbono".

Difícil almacenamiento subterráneo de CO2

Durante años, EE. UU. ha estado buscando la manera de almacenar dióxido de carbono de manera permanente bajo tierra. El problema es que, a menudo, una gran parte del gas bombeado a las capas de las rocas vuelve a escapar a través de fallas geológicas.

Por este motivo, los investigadores buscan capas de roca muy especiales en las que el gas se disuelva y se convierta en un mineral de carbonato mediante el llamado "proceso de mineralización in situ". Luego, el gas se convierte en roca. Este proceso suele tardar entre siete y diez años, durante los cuales el gas puede volver a escapar.

Sin embargo, los microbios con forma de bastón descubiertos ahora pueden acelerar drásticamente este proceso natural. Sólo necesitan diez días para convertir el gas en roca.

65628230_303

Lee también: ¿Cómo surge el concepto de "cero neto" y qué significa?

En primer lugar, el equipo interdisciplinario de geoquímicos, minerólogos y microbiólogos examinó en el laboratorio las condiciones óptimas necesarias para la mineralización sin bacterias, es decir, qué tan alta debe ser la presión, el contenido de ácido, la temperatura y cuánto tiempo es necesario.

Una vez que se aclararon las condiciones generales, los investigadores buscaron microbios en las profundidades del subsuelo que pudieran afrontar bien dichas condiciones.

Cuatro especies de bacterias geobacillus resultaron ser idóneas, porque incluso en esas condiciones tan especiales pueden crecer en grietas de rocas que contienen agua y pueden acelerar el proceso biológico de conversión de CO2 en roca. "Descubrimos que podemos almacenar CO2 cristalizando el mineral magnesita (MgCO3) y utilizando microbios en sólo diez días", dijeron los investigadores.

Posibilidad de conversión permanente

Los investigadores suponen que el gas convertido en roca permanece estable y fuera del ciclo atmosférico durante miles de años. El equipo interdisciplinario ha solicitado ahora una patente para estos hallazgos.

Si los resultados permiten una conversión rápida, incluso a muy gran escala, se podrían almacenar enormes cantidades de CO2 en capas profundas de roca y, por ejemplo, en antiguas minas o en depósitos de gas y petróleo que ya se dejaron de explotar. ¡Gracias a los microbios!

Fuente: DW.