Los cazadores furtivos mataron a más de 100 rinocerontes en Sudáfrica: la caza furtiva volvió a golpear fuerte en Sudáfrica. En los primeros tres meses del año, más de 100 rinocerontes fueron abatidos, la mayoría dentro de parques nacionales, dejando en evidencia la urgente necesidad de reforzar la protección de una de las especies más emblemáticas y amenazadas del planeta.

Según informó Dion George, ministro sudafricano de Medio Ambiente, entre el 1 de enero y el 31 de marzo se registraron 103 muertes, de las cuales 65 ocurrieron dentro de reservas naturales protegidas.

“Este promedio de más de un rinoceronte por día es un duro recordatorio de la amenaza constante que enfrentan nuestras especies silvestres”, expresó George.

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¿Por qué siguen cazando rinocerontes?

Sudáfrica alberga la mayor población de rinocerontes del mundo, con entre 16.000 y 18.000 ejemplares. Dentro de esta cifra están los rinocerontes blancos y negros, siendo estos últimos los más vulnerables. De acuerdo a la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), sólo quedan unos 6.400 rinocerontes negros en estado salvaje, de los cuales unos 2.000 viven en Sudáfrica.

A pesar de los esfuerzos de conservación, el tráfico ilegal de cuernos —alimentado por redes criminales organizadas— sigue siendo una de las principales amenazas. Las autoridades han logrado avances, como la condena en 2023 de Simon Ernesto Valoi, considerado un líder clave en operaciones ilegales en el Parque Nacional Kruger, quien fue sentenciado a 27 años de prisión por un tribunal en Mozambique.

¿Qué podemos hacer?

Aunque este problema ocurre a miles de kilómetros, todos podemos contribuir a combatirlo:

  • Informarnos y compartir: visibilizar esta crisis ayuda a presionar por acciones globales.
  • Apoyar organizaciones serias: colaborar con grupos que trabajan en conservación real.
  • Rechazar productos ilegales: incluso sin darnos cuenta, podemos ser parte de la demanda.

La vida silvestre no puede defenderse sola. Y aunque parezca lejano, lo que ocurre con cada especie en peligro nos toca a todos.