El número de rinocerontes cazados furtivamente en Sudáfrica durante el año 2023 fue de 499, lo que supone un aumento de 51 respecto a los 448 registrados el año anterior, informó este martes (27.02.2024) el Gobierno, pese a los esfuerzos realizados para proteger a una especie amenazada por las supuestas propiedades terapéuticas o afrodisíacas de sus cuernos.

Sudáfrica alberga un 80 por ciento de la población mundial de rinocerontes, pero operan muchos cazadores furtivos que buscan enriquecerse vendiendo sus cuernos, codiciados sobre todo en Asia y cuyo precio en el mercado negro rivaliza con el del oro y la cocaína. Según el Ministerio de Medio Ambiente sudafricano, la mayoría de las muertes (406) tuvieron lugar en tierras de propiedad pública y 93 en reservas, parques o granjas de propiedad privada.

"La presión se ha vuelto a sentir en la provincia de KwaZulu-Natal (este), donde el parque Hluhluwe-iMfolozi se ha llevado la peor parte de los casos de caza furtiva, al perder 307" rinocerontes, detalló la ministra de esa cartera, Barbara Creecy. En esa provincia, las fuerzas de seguridad "registraron 49 detenciones y la incautación de 13 armas de fuego", añadió la autoridad. "Equipos multidisciplinares siguen trabajando incansablemente en un intento de frenar esta presión incesante", destacó.

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No hay que perder tiempo

Para el grupo Save the Rhino Internacional, las cifras dibujan "un panorama preocupante", por lo que se hace necesario un despliegue urgente de más recursos contra las redes de caza furtiva. "No hay una solución de la noche a la mañana, pero con un rinoceronte cazado furtivamente cada 17 horas en Sudáfrica, no podemos permitirnos perder más tiempo", dijo Jo Shaw, director general del grupo.

Las autoridades endurecieron en los últimos años la seguridad, sobre todo alrededor del Parque Nacional Kruger, un importante centro turístico en la frontera con Mozambique, cuya población de rinocerontes cayó drásticamente los últimos 15 años. En ese parque, se emplea actualmente a personas de las comunidades vecinas para que vigilen y patrullen cerca de las vallas e informen sobre roturas, individuos que entran en el recinto y animales que salen. Esto se tradujo en un descenso de las pérdidas: en 2023 murieron 78 rinocerontes, un 37 por ciento menos que en 2022. Esto, sin embargo, empujó a los cazadores furtivos hacia reservas regionales y privadas como Hluhluwe-Imfolozi.

Pero no todo son malas noticias. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) informó que, gracias a los esfuerzos de conservación, el número de rinocerontes había aumentado en toda África. Cerca de 23.300 ejemplares deambulaban por el continente a fines de 2022, 5,2 por ciento más que el año anterior, indicó la UICN.

Fuente: DW.