Unos investigadores descubrieron que una especie de hormiga invasora en la sabana de Kenia provocó una transformación tan drástica del paisaje, que incluso los leones cambiaron su dieta y su forma de cazar, según plantean en un estudio publicado este jueves (25.01.2024) por la revista Science.

La investigación pone de relieve los profundos impactos de las especies invasoras en los ecosistemas, que se extienden a un ritmo cada vez mayor a medida que las actividades humanas dan a animales, insectos y plantas la oportunidad de entrar en nuevos territorios.

"A menudo descubrimos que son las cosas pequeñas las que gobiernan el mundo", afirma Todd Palmer, ecólogo de la Universidad de Florida, quien rastreó las implicaciones de la hormiga cabezona en los hábitos de caza de los leones en Kenia.

"Estas diminutas hormigas invasoras aparecieron hace unos 15 años, y ninguno de nosotros se dio cuenta, ya que no son agresivas con las grandes criaturas, incluidas las personas. Ahora vemos que están transformando los paisajes de forma muy sutil, pero con efectos devastadores", agrega.

Hormiga invasora mata a la hormiga local

Todo empieza con las acacias silbadoras (Acacia drepanolobium) de las llanuras de Laikipia. Estos árboles espinosos habían desarrollado una relación mutuamente beneficiosa con la hormiga acacia local; los árboles proporcionan cobijo y alimento a las hormigas y, a cambio, estas disuaden a elefantes de no comer del árbol con sus punzantes mordeduras.

Sin embargo, la hormiga cabezona, que se cree es originaria de una isla de Océano Índico, cambió todo eso cuando comenzaron a matar a las hormigas acacias, dejando a los árboles espinosos vulnerables a los herbívoros.

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Menos vegetación, más difícil cazar cebras

La disminución de la cubierta arbórea supone un problema para los leones, que dependen del factor sorpresa para emboscar a sus presas, sobre todo las cebras.

Los investigadores pasaron tres años en la reserva Ol Pejeta de Kenia, siguiendo los movimientos de los leones con collares GPS para ver cómo respondían en las zonas colonizadas por las hormigas invasoras.

De esta manera, los científicos documentaron que los efectos provocados por las hormigas cabezonas habían generado un declive importante en la muerte de las cebras.

Adaptación del león para cazar

Sin embargo, los investigadores se sorprendieron al comprobar que esto no provocaba un descenso de la población de leones. En lugar de ello, los grandes felinos cambiaron de estrategia y preferencia a la hora de comer: se agruparon en grupos más grandes para cazar búfalos, según explica Douglas Kamaru, de la Universidad de Wyoming y autor principal del estudio.

Aunque los leones se han adaptado hasta ahora, las hormigas cabezonas podrían suponer un problema para otras especies que dependen de la acacia silbadora, como las jirafas o el rinoceronte negro, en peligro crítico de extinción.

"Aún no sabemos qué podría resultar de este profundo cambio en la estrategia de caza de los leones", reflexiona Palmer.

Fuente: DW.