"En Chile hay una fuerte conciencia de la necesidad de proteger el océano y los acuerdos multilaterales son absolutamente esenciales para lograrlo”, recuerda a DW Julio Cordano, Jefe de la División de Medio Ambiente, Cambio Climático y Océanos de la Cancillería chilena.

El país, que cuenta con un 43 por ciento de áreas marinas protegidas, se ha convertido en el primero de la región y el segundo en el mundo en ratificar el Acuerdo para la conservación y uso sustentable de la biodiversidad en la Alta Mar de las Naciones Unidas (acuerdo BBNJ, por sus siglas en inglés) casi un año después de haberse alcanzado. El también conocido como Tratado de Alta Mar, se acordó en marzo del 2023, después de dos décadas de negociaciones, en las que Chile "empujó por más de 10 año su elaboración”, recalca a DW Yacqueline Montecinos, Coordinadora de Biodiversidad Marina y Políticas Oceánicas de WWF Chile.

Ello se enmarca en la larga tradición que tiene el país en materias oceánicas, según Felipe Paredes, Director de Áreas Marinas Protegidas de Oceana en Chile. "Fue pionero en establecer el límite de las 200 millas náuticas como zona bajo su jurisdicción nacional, que luego fue la base de la Convención del Mar de 1994, que determinó las zonas económicas exclusivas de 200 millas náuticas”, puntualiza este experto a DW.

Precisamente, este nuevo tratado va más allá de dicha distancia, cubriendo el vacío existente hasta la fecha. "Las aguas internacionales representan dos tercios del total del área ocupada por los océanos en el planeta y cubren más de 230 millones de kilómetros cuadrados, un área mayor que la que ocupan todos los continentes juntos”, recuerda la Coordinadora de Biodiversidad Marina y Políticas Oceánicas de WWF Chile, lamentando que "actualmente solo el 1 % de estos océanos globales está protegido”.

Imagen pescadores en el mar.

Pesca. "Históricamente, Chile además ha sido líder en desembarques pesqueros y producción acuícola", recuerda Paredes.Imagen: Ana López/Aitor Sáez/DW

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Un acuerdo beneficioso para la región

Por ello, la ratificación chilena del tratado "es un paso importante para el país y la región, ya que establece un marco legal para la cooperación internacional en la conservación marina y la protección de la biodiversidad marina en América Latina y el Caribe”, considera Marcela Alejandra Ruiz, bióloga marina y fundadora de Acústica Marina, empresa tecnológica especializada en soluciones sobre salud de los océanos y su biodiversidad.

El Director de Áreas Marinas Protegidas de Oceana en Chile destaca los cuatro aspectos clave que cubre el acuerdo: "Primero, regula el aprovechamiento de los recursos genéticos de la biodiversidad en la Alta Mar; segundo, propone un sistema de evaluación ambiental para proyectos; tercero, propondrá una plataforma para la capacitación de los países; y cuarto, propondrá medidas de manejo basadas en áreas, incluidas las áreas marinas protegidas”.

Por su parte, Mariamalia Rodríguez, coordinadora de High Seas Alliance para Latinoamérica, subraya algunos beneficios específicos para la región como la creación de capacidades y transferencia de tecnología, el establecimiento de un mecanismo de intercambio de información y el acceso a financiación para implementar los objetivos del tratado, entre otros.

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"El levantamiento de información científica sobre la biodiversidad en alta mar será un desafío en sí mismo", considera Cordano.Imagen: OCEANA

Liderando una cuestión urgente

Aunque fue acordado en marzo del año pasado, su adopción no fue hasta junio y en septiembre se abrió para la firma de los países, de los que ya han firmado 87. No obstante, para su entrada en vigor, se requiere que sea ratificado de manera interna por un mínimo de 60 países. "El gobierno preparó un mensaje presidencial al Parlamento, asignándole suma urgencia. El Acuerdo BBNJ fue aprobado en todas las instancias de la tramitación parlamentaria, sin pasar por comisiones mixtas u otras etapas adicionales. Tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado, el acuerdo fue aprobado prácticamente de manera unánime. Ello nos permitió depositar el instrumento de ratificación el pasado 20 de febrero, y convertirnos en uno de los primeros países del mundo en ser Parte de BBNJ”, detalla el Jefe de la División de Medio Ambiente, Cambio Climático y Océanos de la Cancillería chilena, destacando el consenso social en este asunto.

Una vez se consigan las 60 ratificaciones la implementación del Acuerdo se discutirá en una primera reunión de la Conferencia de las Partes (CoP), el sistema que se usa en otros acuerdos de Naciones Unidas como el de París sobre cambio climático. "Si la mayoría de los países de la región latinoamericana han ratificado el tratado, tendrán mayor oportunidad de negociar como bloque intereses de la región que potencialmente podrían ser incluidos en las decisiones que se tomen en esa primera CoP”, considera la coordinadora de High Seas Alliance para Latinoamérica.

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Entre los temas a tratar se encuentran los procedimientos internos, los plazos, el financiamiento, y la secretaría, entre otros. "Este último punto interesa mucho a Chile, proponiendo a Valparaíso como sede”, avanza Paredes. Y es que Chile "es el único país que ha presentado una propuesta formal para recibir a la sede de la secretaría técnica de dicho acuerdo”, complementa Montecinos. "Esto nos permitirá como nación seguir promoviendo de manera innovadora, colaborativa y efectiva las iniciativas de protección oceánicas, así como también alcanzar la anhelada meta del 30X30, (el objetivo de proteger al menos el 30% del océano global para el año 2030)”, puntualiza.

Entretanto, el gobierno chileno no se detiene y está trabajando en la protección de la Cordillera de Nazca/Sala y Gómez, situada en alta mar, entre la Isla de Pascua- Rapa Nui y el continente sudamericano. "Esta zona cuenta con un alto endemismo y es punto de paso para la alimentación y reproducción de numerosas especies”, recuerda Julio Cordano, Jefe de la División de Medio Ambiente, Cambio Climático y Océanos de la Cancillería chilena.

El gobierno está tratando el asunto con la Organización Regional de Ordenamiento Pesquero del Pacífico Sur, "para que se haga un análisis científico y podamos explorar algunas medidas en ese espacio y tal vez esta zona, una de las regiones más biodiversas del mundo, sea la primera Área Marina Protegida del Acuerdo”, confía el experto chileno.

Fuente: DW.