El Chi kung es una práctica que muchos han llegado a considerar como una fuente de la juventud. Puesto que es ideal para despertar tu energía y regenerarte, sobre todo, si estás pasando por momentos difíciles y necesitas desconectar. Por esta razón, además de mostrarte qué es el Chi kung, también conocerás una serie de 6 ejercicios para practicarlo sin problemas.

Existen varias posturas para reconectar y al mismo tiempo, acelerar la regeneración de la energía. Para lograrlo, es importante iniciar con la práctica de diferentes posturas o ejercicios que te permitirán obtener el bienestar que tanto necesitas.

¿Qué es el Chi kung?

Chi Kung

El Chi kung o Qi Gong, como también se le conoce, es un arte originario de China que tiene objetivos muy específicos. Descubrir, aplicar y mejorar la energía que se encuentra en el interior del cuerpo humano. Del mismo modo que se comprende en la práctica de la medicina tradicional china. Se trata de una práctica muy antigua, de hecho, sus registros datan desde hace más de 2 mil años.

Debe realizarse usando la respiración, movimientos e incluso, visualizaciones. Es prácticamente lo mismo que se utiliza en la medicina tradicional china durante una sesión de acupuntura. Basándose en dicha perspectiva, tener buena salud depende de la abundancia de energía vital en el cuerpo, esta se le conoce como “Qi” o “Chi”. Este tipo de energía tiene que fluir siempre en constante equilibrio, sin dispersarse y mucho menos estancarse.

Durante esta práctica nunca puede existir un exceso o deficiencia de Chi o Qi en ningún rincón del organismo. Una vez se logre el equilibrio, permitirá que tanto la salud física como la mental, se mantengan en las mejores condiciones posibles.

¿Cuáles son los mejores ejercicios de Chi kung?

Chi Kung

Antes de empezar los ejercicios de Chi kung, es fundamental la previa preparación, de lo contrario, alcanzar el objetivo será más complicado. Uno de los puntos más importantes es el lugar, el cual debe ser un espacio tranquilo y con luz natural. Aunque se recomienda hacerlo al aire libre, muchas personas suelen practicar este arte en casa. De ser este el caso, es esencial encontrar un espacio con la suficiente ventilación y entrada de luz natural.

Además de un lugar adecuado, la práctica del Chi kung también requiere de ejercicios previos de respiración. Si bien es cierto que no son obligatorios, se recomiendan para ayudar a concentrarse y al mismo tiempo, relajar el cuerpo antes de dar inicio con las posturas que se llevan a cabo durante los ejercicios. Los ejercicios de respiración son ideales, puesto que ayudan a marcar el ritmo en cada ejercicio.

Una vez alcanzado el estado de concentración y relajación que se requiere para esta práctica milenaria, ahora es momento de comenzar con los 6 ejercicios de Chi kung:

1- Despertar de energía interior

Para hacer este ejercicio de Chi kung lo primero que tienes que hacer es frotar las palmas de las manos. Al frotar debes hacer movimientos circulares para hacer que las palmas se calienten, luego separa las manos solo un poco y percibe el calor que emana. Ahora haz que las manos tomen un poco más de distancia. La idea es queden en posición de bola de energía en la separación creada entre ambas manos.

Ahora bien, es importante que la palma derecha se mantenga arriba, mientras que la izquierda estará abajo, como si estuviese sosteniendo la bola de energía. Acaricia la bola hasta lograr que la palma izquierda quede arriba y la derecha abajo.

Seguidamente, coloca la palma de la mano derecha sobre el pecho, mientras que la izquierda ubicarás en el abdomen. Percibe el calor y siente como, al respirar, las manos se mueven, esto debes hacerlo por diez respiraciones. Después tienes que intercambiar las manos y hacer lo mismo durante diez respiraciones más.

2- Abriendo nuestra respiración

Ponte de pie y separa las piernas en una posición de jinete, es decir, como si montaras a caballo. Coloca los brazos a los lados y ahora, presta atención a la zona del cuerpo que se expande cada vez que inspiras. Una vez lo tengas, lo siguiente será colocar los brazos en forma de cruz, pero manteniendo las palmas en dirección al suelo.

Seguidamente, coloca los pulgares apuntando hacia arriba y luego hacia atrás, esto mientras realizas movimientos con forma de espiral con los brazos, hasta llegar a los omoplatos. Ahora bien, tanto la cabeza como el pecho tienen que abrirse con dirección al cielo, mientras que el abdomen debe contraerse un poco hacia la espalda.

Esta última se alinea con los muslos hasta llegar a las rodillas. Mantén la posición y ahora, inspira y espira unas cinco veces, luego para la sexta cambia la posición y regresa al centro. Después coloca los brazos una vez más a los lados. Es importante repetir este ejercicio de Chi kung unas tres veces como mínimo, siempre asegurándose de oír el efecto que genera al respirar.

3- Tensar el arco y disparar

Separa ambos pies y flexiona un poco las rodillas, ahora estira ligeramente la pierna izquierda hacia delante y luego abre los dos brazos. Asegúrate de mantener los pulgares apuntando en dirección al cielo.

Presta atención a la respiración y cuando llegue el momento de inspirar, debes trasladar todo el peso hacia la pierna y pie izquierdo. A continuación, flexiona dicha pierna, mientras estiras la otra pierna si levantar el pie del suelo. Cuando espires, regresa el peso nuevamente, hacia atrás y continúa haciendo lo mismo por siete respiraciones. Luego descansa manteniendo la postura de pie y ahora, repite los movimientos hacia el otro lado.

4- Espiral para no flaquear

Chi Kung

Como el ejercicio anterior, separa los pies y adopta la postura de jinete, pero esta vez, abre los brazos en forma de cruz y coloca las planas con dirección al suelo. Ahora, traslada el peso haca el pie izquierdo y al mismo tiempo, haz movimientos en forma de espiral con el tronco y ambos brazos.

Para lograrlo, tanto el brazo como el pulgar de la mano izquierda, deben ir hacia arriba y afuera, esto hará que el omoplato baje. Por otra parte, el brazo y pulgar derecho van hacia abajo y atrás, de esta forma, dibujarás un espiral con ambos brazos. Continúa con el tronco el movimiento en espiral hasta el brazo izquierdo, manteniendo la mirada fija en la mano izquierda. En este punto, respira tres veces y regresa al centro para hacer nuevamente lo mismo, pero hacia el lado derecho.

5- Ganar aplomo y empatía

En el siguiente ejercicio de Chi kung te mantendrás de pie, mientras flexionas ligeramente las rodillas. Coloca los brazos a los lados del cuerpo y deja que se relajen, al mismo tiempo, sitúa las palmas con dirección hacia los muslos.

Lo siguiente será tomar aire usando las palmas mientras las llevas hacia el centro y al mismo tiempo, hacia arriba. Una vez alcances la altura del pecho, gira las manos hasta que los pulgares apunten hacia arriba, adentro, abajo y nuevamente hacia afuera, haciendo movimientos en forma de espiral en los brazos.

Posteriormente, estira los brazos y todo el cuerpo con dirección al cielo, mientras te colocas en puntillas y levantas la mirada. Ahora baja por los costados, apoya una vez más los pies en el suelo y adopta una postura en cuclillas, hazlo hasta que recojas las piernas con los brazos. Mantén la cabeza mirando hacia el interior y repite una vez más el ejercicio tres veces.

6- Acopiar energía y serenidad

Para el último ejercicio de Chi kung, sitúa los centros de ambas palmas una encima de la otra y luego sobre el centro de gravedad del cuerpo. Es decir, los cuatro dedos tienen que estar en posición transversal en la parte baja del ombligo. Toma un momento para percibir el calor que se genera en dicha zona y escucha tu respiración tal cual como está.

Cuando espires haz lo posible para visualizar una especie de bola de luz justo en el centro de gravedad. Imagina que la luz empieza a extenderse mientras toma todo el espacio que queda cuando el aire se va. Ahora, al inspirar, visualiza la forma en la que penetra el aire mientras que la luz disminuye sin desaparecer por completo. Esto para expandirse de nuevo cuando llegue el momento de espirar.

Por último, visualiza dicha secuencia por diez respiraciones consecutivas, luego repite agregando un desplazamiento mínimo del peso hacia los talones. Esto debes hacerlo al inspirar y luego hacia los dedos cuando exhales.

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Fuentes: Cuerpomente, Ifema, La mente es maravillosa.