Un equipo de científicos de la Universitat de les Illes Balears (UIB) y de la Universitat de València ha logrado crear un nuevo material químico que replica la composición de las membranas de las células humanas. Esto permitiría predecir cómo los medicamentos y contaminantes emergentes podrían atravesar las membranas intestinales sin la necesidad de recurrir a pruebas en animales vivos.

La investigación ha sido documentada en un artículo reciente, publicado por los investigadores del grupo de investigación en Análisis por Inyección en Flujo y Análisis de Trazas (FI-Trace) del departamento de Química de la UIB en colaboración con científicos del departamento de Química Analítica de la Universitat de València. La publicación, que apareció en la revista 'Analytical Chemistry' de la American Society of Chemistry, es altamente reconocida en el campo de la química analítica.

El objetivo de esta investigación es abordar uno de los desafíos más importantes que enfrenta la comunidad científica: encontrar una alternativa a las pruebas en animales vivos para evaluar sustancias químicas, ya sea para su uso como posibles fármacos o para evaluar posibles efectos perjudiciales.

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Hasta ahora, uno de los principales parámetros utilizados se basaba en la hidrofobicidad de las sustancias, que describe cómo interactúan con el agua. Sin embargo, esta característica no es lo suficientemente precisa, ya que no tiene en cuenta la interacción de las sustancias con otros componentes del cuerpo, como los fosfolípidos.

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La nueva metodología propuesta en el estudio implica el uso de imitaciones de membranas celulares como base y elimina la necesidad de utilizar animales vivos. Esto permite predecir cómo se mueven las sustancias a través del intestino humano.

Los científicos han examinado en detalle cómo estas imitaciones de membranas interactúan con las sustancias y han evaluado la síntesis de nuevos materiales que contienen fosfolípidos. Los resultados han demostrado ser muy útiles en la predicción de cómo las sustancias interactúan y se mueven a través del intestino, y son comparables a los costosos modelos 'in vivo' utilizados anteriormente.

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Este enfoque abre nuevas posibilidades para llevar a cabo pruebas de laboratorio más rápidas y efectivas para evaluar el comportamiento de las sustancias químicas al ser ingeridas, especialmente aquellas que plantean preocupaciones en cuanto a su impacto en la salud humana y el medio ambiente.

Este descubrimiento no solo podría revolucionar la forma en que se desarrollan nuevos medicamentos, sino también mejorar nuestra comprensión de cómo ciertos contaminantes pueden afectar la salud y el medio ambiente. En última instancia, representa un paso significativo en la investigación biomédica y la protección ambiental.

Fuente: noticiasambientales.com.