La UICN, que actualiza regularmente sus informes sobre flora y fauna amenazadas en el mundo, estima que hay 20.000 osos polares en el mundo que habitan en Estados Unidos, Canadá, Noruega, Groenlandia y Rusia.

Los osos polares miden entre 2 y 3 metros de longitud y pueden llegar a pesar hasta 700 kilos dependiendo de su edad; es una especie que puede desaparecer en el próximo siglo si continúa la tendencia actual de pérdida de su hábitat a causa del cambio climático.

Los osos blancos han sido incluidos por la UICN en la categoría de "vulnerables y con población decreciente" en su Lista Roja de especies amenazadas.

Según la Unión Internacional, estudios recientes demuestran que el deshielo del casquete polar ártico, y por ende también de islas e islotes, se produce más rápidamente que las previsiones realizadas a partir de la mayoría de los modelos climáticos, y representa la principal amenaza para su conservación.

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Además, los osos polares dependen de las zonas heladas para acceder a sus presas. Un período de cinco meses o más sin hielo provocaría un ayuno más prolongado para la especie, lo que es susceptible de causar una infertilidad creciente o hambrunas en ciertas regiones.

Según previsiones recientes, vastas extensiones del archipiélago ártico canadiense no contarán con hielo durante más de cinco meses al año hacia fines del siglo actual.

El aumento de las temperaturas en la región también puede afectar los hábitats y aumentar la incidencia de enfermedades en especies que son presas habituales de los osos polares, como las focas, lo que agrava los riesgos para éstos.

«Los efectos del cambio climático van más allá de esta especie emblemática y representan una amenaza que nuestro planeta nunca conoció en el pasado», afirma la directora general de la UICN, Inger Andersen, en un comunicado.

¿Por qué el oso polar está en peligro de extinción?

Entre las principales causas y amenazas que explican que los osos polares estén en peligro de extinción nos encontramos con la contaminación, las intrusiones humanas en el hábitat del animal, las modificaciones de su ecosistema y el cambio climático.

Cambio climático

Estudios recientes demuestran que el cambio climático "seguirá poniendo gravemente en peligro la supervivencia del oso polar en el futuro", dice Inger Andersen, Directora General de la UICN. En efecto, el destino del oso polar es el mismo que el nuestro, puesto que el avance del cambio climático amenaza con llevarnos a la extinción.

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oso polar

Creciente contaminación

Una cantidad de contaminantes producidos por la actividad humana llegan a la región polar ártica por medio del agua y del aire. Entre ellos figuran el mercurio, contaminantes organohalógenos y organoclorinas que se utilizan industrialmente en los fluidos aislantes, en sistemas electrónicos y en pesticidas.

Estas sustancias son, por lo general, solubles en grasas, y por esta razón se acumulan en los lípidos de muchos animales que son alimento de los osos polares, por ejemplo las focas que son su principal alimento y que necesitán comer alrededor de 50 al año.

Así, estos grandes mamíferos están expuestos a una mayor concentración de toxinas que provocan una gran cantidad de abortos y que nazcan cachorros con muy poco peso y con un sistema inmunológico muy débil.

Es decir, que los osos polares no solo están desapareciendo porque mueren, sino porque cada vez les resulta más difícil reproducirse.

Explotación de recursos

A consecuencia del deshielo de los polos, otra amenaza para la especie es la explotación de recursos -también en aumento-, entre ellas la perforación petrolífera. Derrames, el deterioro del ecosistema y una mayor interacción entre osos y seres humanos son algunas de las consecuencias que genera.

Caza furtiva

La caza furtiva, aunque afecta a la población de osos blancos, no es la principal amenaza de la especie, denominada Ursus maritimus. Las poblaciones de América del Norte, Rusia oriental (área de Chukchi) y Groenlandia cazan en función de cuotas que a nivel mundial son menos de un millar. Sobre todo, los cazan los inuit en territorio estadounidense y canadiense.

A pesar de que desde 1973 está prohibida la caza del oso polar si no es como medio de subsistencia, en países como Rusia hay una clara falta de regulación que se convierte en campo abonado para que crezca el furtivismo.

oso polar

Calentamiento global

La gran amenaza para los osos polares es el calentamiento global. El deshielo y la pérdida de su hábitat provoca que en muchas zonas se estén quedando sin alimentos y, como consecuencia mueran, o tengan que emigrar hacia zonas para las cuales no están preparados.

El deshielo del Ártico también supondría para el ser humano un punto de no retorno que conllevaría un desastre ambiental planetario sin precedentes.

  • ¿Cómo podemos evitar la extinción del oso polar?

Si algo está claro es que el oso polar no está en peligro de extinción porque quiera, todas y cada una de las causas que lo han llevado a ese punto tienen al ser humano como punto de unión. Y si el ser humano es el que lo ha llevado al peligro de extinción, solo desde la acción humana se puede salvar al oso blanco.

Actuación a nivel individual

Obviamente, se requiere de un cambio global a nivel gubernamental, con políticas medioambientales, la prohibición estricta de su caza y la prohibición de explotar las plataformas petrolíferas que se encuentren en su hábitat natural.

Pero, ¿qué podemos hacer más allá de presionar con nuestro voto a que los gobiernos actúen de forma responsable? Pues hay una serie de medidas que podemos adoptar, no solo para prevenir la extinción del oso polar, sino para mejorar la salud general de nuestro planeta:

  • No utilizar el auto, o hacerlo lo menos posible.
  • Ahorrar electricidad.
  • Ahorrar gas.
  • Consumir productos de proximidad.
  • Formar parte de organizaciones que luchen por la conservación natural.

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Un uso polar en Groenlandia

Actuación a nivel local

Por otro lado, la actuación a nivel local necesaria para frenar la extinción de los osos puede resumirse en la petición que realiza Greenpeace, hasta ahora sin éxito alguno.

Aunque la sensibilización social y también institucional es significativamente mayor, lo cierto es que la protección del Ártico es una asignatura pendiente.

Recordemos la campaña de Greenpeace para la protección del Ártico, en concreto su cada vez más elevada presión sobre la comisión OSPAR, el organismo encargado de coordinar la cooperación internacional para proteger el medio marino del Atlántico Nordeste.

Son recordadas las campañas en sus reuniones anuales, en las que no han faltado pancartas en la sede, que rezaban frases como "OSPAR: protege el Ártico. Aquí. Ahora" o, entre otras, "OSPAR, el Ártico no puede esperar" ni réplicas de osos polares.

Actuación a nivel gubernamental

A nivel global, detener el cambio climático depende sobre todo de la voluntad política que demuestren los países a la hora de convertir las promesas contenidas en el tan celebrado Acuerdo de París, al que se llegó en la reunión de la COP21.

Si bien está en vigor, la realidad es que no se trata de un contrato vinculante y los plazos para actuar de forma efectiva son cortos y requieren una reacción contundente en reducción de emisiones que no se está produciendo.

Acciones para proteger el Ártico

El objetivo es lograr un plan de acción para proteger las aguas del futuro santuario ártico, ya que el océano Ártico es el más desprotegido del planeta. En concreto, nos encontramos con que:

Greenpeace demanda que las aguas internacionales del océano Ártico sean declaradas Santuario Global para protegerlas de la explotación industrial. Aún avanzando en este sentido, puesto que se logró un apoyo mayoritario en la petición de proteger el Ártico, pero todavía es insuficiente.

Por otra parte, el Convenio de OSPAR es la única herramienta legal que puede proteger una parte del Santuario Ártico, concretamente el 10%.

Más allá de esta pequeña porción, clave pero insuficiente, la protección ártica y, con ella, la preservación de los osos polares precisa de un compromiso por parte de los estados del Ártico, así como de la comunidad internacional para la creación de un santuario en las aguas internacionales alrededor del Polo Norte.

Mientras esperamos la próxima reunión de OSPAR, contar con un plan de acción que proteja el Ártico o, al menos, una parte de él sigue siendo una meta por cumplir para la humanidad.

Los osos polares seguirán siendo uno de los principales reclamos de Greenpeace para su campaña mundial en pro del Ártico, puesto que es un animal simbólico.

No en vano, protegerlos es imposible si no se protege su hogar, y ello significa salvaguardar el Ártico.

De nosotros depende, todavía.