Hay historias que nos conmueven, que nos sacuden, que nos recuerdan lo importante que es mejorar la actitud ante la vida e ir en busca de nuestros sueños, por más difíciles que parezca alcanzarlos.

Ése es el caso de Dan Nevins, un veterano del ejército a quien, en Irak, le amputaron ambas piernas. Debido a esa experiencia tan traumática en su vida, que lo hizo someterse a más de 30 operaciones y procesos emocionales muy intensos, Dan se acercó al mundo del yoga.

En el 2014, llamó a una amiga y le contó que estaba sintiéndose inquieto, ansioso y abrumado por la ira. Entonces ella le dijo: "Dan, necesitas algo de yoga en tu vida". Su primera reacción fue decir que no, pero luego decidió darle una oportunidad.

Dan recuerda su primera clase como una experiencia de mucha frustración y dolor. Se sentía inestable por la prótesis y nada le salía como él esperaba.

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Hasta que se decidió a quitarse las prótesis y practicar tal cual era.

Levanté los brazos y sentí como si la vida se me escapara de las manos. Las lágrimas corrían por mi cara

Hoy, con 46 años, se ha comprometido a enseñar y difundir el yoga, y viaja por el mundo con ese propósito.

"El hecho es que todos estamos viviendo con las heridas invisibles de algún tipo de guerra. El yoga te ayuda a dejar de lado las cosas que ya no te sirven", dice con orgullo.

Y agrega: "Tengo una gran vida. No lo cambiaría. La mayoría de los días, me olvido de que soy un amputado. Debido al yoga, ni siquiera es importante. La vida continúa. Estoy agradecido por cada respiración".

Fuentes:

Infobae