Hablar a partir de la tragedia nunca es fácil, pero sí necesario. La idea de que el pasado debe marcar para siempre la historia de un pueblo es insostenible, pues eso no sólo crea un estereotipo en la gente que ahí vive, también los obliga a tener siempre presente un pasado que lastima.

Durante años, así fue el destino de Ruanda, país que vivó uno de los peores genocidios en la historia de la humanidad, cuando en 1994 más de un millón de personas murieron entre el siete de abril y el 15 de julio por conflictos de segregación racial que a partir de entonces han intentado ser eliminados.

Este genocidio dejó al país en crisis. La mayoría de los asesinados fueron hombres y las mujeres tuvieron que comenzar una nueva vida como madres y trabajadoras. El país se transformó y por mucho tiempo, a la sombra del genocidio y con una crisis humanitaria y laboral, Ruanda vivió los peores momentos de su historia.

Sin embargo desde hace poco más de una década el crecimiento económico ocasionado por distintas reformas y por el valor de su gente para demostrar que son más que una tragedia, los ha convertido en uno de los países más seguros del mundo, así como uno de los más ricos de África.

Paraíso para los viajeros

Esta pequeña joya del centro de África hoy es un exponente en temas como moda, café y arte. El turismo ha explotado, pero continúa siendo muy pequeño a comparación de países europeos o asiáticos y la realidad es que parece no importarles, pues apenas están comenzando a mostrarse como un destino turístico y hacerlo poco a poco es la mejor decisión.

Kigali, la capital de Ruanda, es la joya de la corona. Las calles son limpias y aunque la pobreza aún se nota en ciertas zonas, la realidad es que cada año la calidad de vida mejora para todos. Kigali es una ciudad comprometida con el movimiento verde. Ahí –y en el resto del país– hay una prohibición de bolsas de plástico. Esto es tan estricto que incluso existen traficantes de bolsas de plástico que han terminado en prisión.

La llegada de grandes hoteles han ayudado a la ciudad a ser más amigable con los extranjeros, mismos que viajan para conocer la historia, cultura y arte de la ciudad antes de moverse a sitios más naturales a observar a los grandes animales africanos. Sin embargo, se espera que en los próximos años la ciudad se convierta en un destino al que la gente viaje exclusivamente para conocerlo.

Con mujeres en la mayoría de los puestos directivos y en los más altos cargos de gobierno, el país se ha convertido en un sitio muy progresista que defiende los Derechos Humanos y de la mujer. Cosas así demuestran que este país es un ejemplo para el resto de las naciones. Tal vez ellos vivieron una tragedia, pero no implica que necesitemos de una para comenzar a cambiar nuestra forma de ser.

Fuente:

Bloomberg