Los viajes abren nuestra mente, expanden nuestros horizontes y transforman nuestra vida desde el interior, cosa que también se nota en el exterior. Pero como en cualquier aspecto de la vida, todas nuestras acciones tienen consecuencias y debemos tomar en cuenta lo que sucede mientras viajamos miles de kilómetros para tener las vacaciones de nuestras vidas.

Un estudio descubrió que la industria del turismo es responsable por el 8 % de las emisiones de gas invernadero en todo el mundo. Eso representa el doble de lo que genera la industria de la construcción, que constantemente está bajo la crítica pública por contaminar demasiado.

Pero entonces... ¿no debemos viajar? Bueno, tampoco hace falta tomar medidas tan drásticas. Después de todo, vivimos en un planeta conectado, y no podemos evitar sentir curiosidad por ir más allá de nuestra ciudad. Sin embargo, hay medidas que deberíamos considerar a una escala global, más cuando el turismo está creciendo año con año.

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Cuida tu huella de carbono

Los viajes internacionales son parte de la razón por la que la industria turística es una de las que más contamina. Si bien algunas aerolíneas ya cobran un impuesto para compensar esas emisiones, la realidad es que esos esfuerzos no parecen neutralizar el problema. Sin embargo, estas iniciativas son una manera de comenzar a tratar un problema aún más grande y deben mantenerse.

Consume local y de manera consciente

En casa seguramente ya dejaste de usar plástico, o por lo menos ya aprendiste a reducir tu consumo. Sin embargo, al viajar también puedes hacerlo. Existen objetos específicamente diseñados para viajeros que te permiten ir a cualquier lugar con una botella, termo para café e incluso ropa que no necesite lavarse con frecuencia.

También puedes consumir de manera local. Además de impactar positivamente la economía del lugar al que vayas, así evitarás el uso de productos de importación que viajan miles de kilómetros elevando la huella de carbono que tanto estás cuidando.

Evita el sobreturismo

Aunque muchos estamos familiarizados con las temporadas altas y bajas en relación al turismo, esto se trata de los sitios en los que esos términos dejaron de existir, pues siempre hay un flujo alto de turistas. Barcelona y París pueden ser los primeros que llegan a la mente de muchos, pero en años recientes, Tailandia, Grecia y lugares específicos como Machu Picchum, en Perú o Dubrovnik, en Croacia, se han convertido en sitios en los que no se puede caminar en paz por la gran cantidad de gente.

Estos destinos se han adaptado a la demanda, sin embargo, el medio ambiente y el patrimonio histórico peligran cuando el número de gente rebasa la capacidad de los lugares.

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El turismo no terminará, pero eso no implica que debamos dar por terminado el intento de hacerlo sustentable. Se trata de comenzar un debate, de encontrar la manera de continuar con las fronteras y los corazones abiertos a todo tipo de culturas y pensamientos, pero al mismo tiempo, de juntar esfuerzos para mejorar el medio ambiente al viajar en vez de perjudicarlo.

Y tú, ¿qué haces para cuidar el medio ambiente cuando viajas? Cuéntanos en los comentarios.

Fuente:

Carbon Brief

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